2018, sin reproches


Ni las doce campanadas ni el primer brindis van a hacer desaparecer lo malo ni lograran transformarlo todo en positivo.

Fue el año en que:
  • Recuperé el criterio para fijarme en lo verdaderamente importante e ignorar lo que no merece la pena.
  • Defendí mis derechos y expresé mis opiniones desde el respeto, gané seguridad en mi misma, y cuando no tenía nada que aportar, me mantuve en silencio.
  • Regresé al mercado laboral.
  • Volví a llorar (mucho) de risa, de impotencia y para desahogar.
  • Disfrute de la buena compañía y aprendí a hacerlo de la soledad.
  • Recorrí kilómetros, por devoción y obligación.
  • Paseé por la playa bajo el sol, resguardada por un paraguas y entre la niebla, y además me senté a ver atardecer, salté olas, recogí conchas.
  • Me seguí emocionando con libros, canciones ...
Tienes suerte 2018 porque al final la memoria es selectiva y si no lo es, haremos lo posible por ayudarla. Sin reproches.


Jólabókaflóðið, inundación navideña de libros

De casi imposible pronunciación, no hay mejor tradición navideña: regalar libros, leer y tomar chocolate caliente. ¡Estos islandeses si que saben!



Instagram 2018, mucho más que un best nine

La cuenta de instagram durante 2018 ha estado menos activa, sigue siendo más de paisajes, y ha ido la mayor parte del tiempo en diferido, sobreviviendo a base de archivo.
No recuerdo si fue la mamina quien me dijo aquello de que mi perfil era como una sucesión de postales, de paisajes, pero tenía toda la razón. Intento controlar más o menos lo que publico, evitar exponer a conocidos y desconocidos, procuro pensar bien lo que enseño y lo que cuento, aunque como se supone que la gente no siempre lee los pies de fotos, con el teclado me dejo ir un poco más que con las fotos.
Lo del directo y el diferido, era algo que ya estaba ahí. Me da un poco de cosa, llámalo vergüenza, llámalo equis, dejar constancia de donde/como/y con quien estoy en cada momento en directo. ¡Qué de buenos momentos vividos y no compartidos!
En este 2018 he reducido el tiempo que paso con el teléfono en la mano, eso es lo que me dice cada domingo, pero reconozco que no es mérito propio, que es porque no puedo hacerlo más, porque de momento no hemos tenido noticias de que Zuckenberg quiera pagar parte de mi sueldo. Cada vez puedo hacer menos comunidad, pero ¡ay, es que a veces eso de hacer comunidad, dependiendo de quien venga me supera, lo confieso!.
Paso más tiempo en las Stories que en las galerías, porque es más rápido, porque puedes echarle un ojo en el ascensor o esperando en la pescadería, y sigo aplicando mi política de corazoncitos.  
En fin, que mi relación con Instagram ha madurado y la mayor parte del tiempo nos seguimos cayendo bien, a veces nos enfadamos y nos tomamos un tiempo para volver a divertirnos juntos, y a veces, hago lo que todo el mundo, por ejemplo: el Best Nine, que es lo que más les ha gustado a otros, por lo que debería llamarse The Most Likes.

Vitoria en cuatro fotos, y sólo dos son postales de nieve, no podía ser de otra forma en Siberia Gasteiz. 
Muy muy importante, el 8 de marzo de 2018 donde sigo pensando que vivimos un día histórico, y el 21 de junio cuando descubrimos que no siempre estamos de acuerdo con la justicia. Al 2018 nadie podrá negarle que ha sido el año más feminista hasta el momento.
El Cantábrico, me quedaría siempre frente a él.
Libros, porque me acompañan todos los meses, y ese Lee y deja leer.
Un recuerdo a nuestro último refugio en Copenhague y nuestro agradecimiento más grande.
Y una foto que habla de nosotros.

Lee lo que te gusta - Noviembre

Puff... pocas novedades, me sigo administrando mal el tiempo libre, quiero seguir  haciendo las mismas cosas y como no lo consigo, pierdo aún más tiempo flagelándome porque no llego o autocastigándome por el tiempo desaprovechado meses atrás. 

Escribo pero no encuentro tiempo para pensar en las fotos (¡Si hubiese logrado poner orden! ¡Es mi gran asignatura pendiente!), así que voy acumulando post, porque... ¿para qué publicar si ahora dicen que la gente sólo lee pies de foto en Instagram? Si lo que está de moda son los podcast. 
Podría despedirme o dejar de actualizar y aquí no ha pasado nada.
Pero yo sigo leyendo blogs, aunque escuche podcast, y éste nunca nació con grandes expectativas, así que no me voy... ¿A donde me voy a ir, si todavía estoy cansada de las últimas mudanzas?
Sobre las lecturas. Se me amontonan títulos en listas, libros en la mesilla de noche y en la cesta de pendientes del salón, hago los que puedo y mantengo esa regla esencial de leer por placer sólo lo que me gusta. 
Lo positivo de esta situación es que intento estar muy segura antes de abrir la primera hoja, me obligo a ser más selectiva, y sobre todo realista, así que huyo de libros grandes y si puedo elijo lecturas que se puedan disfrutar a trozos, nadie dijo que los buenos libros tuvieran que ser más pesados que un brick de leche. 
Estoy en esa etapa, igual en un dos meses cambio, pero ahora mismo es lo que hay.



Del color de la leche, Nell Leyshon

En noviembre releí una de mis mejores lecturas de julio 2016 , gracias al club de lectura de Mara Mara, así que repasé las notas de aquella primera lectura y decididamente es un libro que volvería a recomendar. 
Me había gustado mucho aquella primera vez, también en aquel club de lectura virtual los comentarios habían sido mayoritariamente positivos hacia un libro duro en el que todas estábamos de acuerdo en el gran trabajo de la autora. 
Esta vez la lectura compartida me ha llevado a reflexionar más en cada uno de los personajes, a intentar comprender a Mary y a realizar un análisis que casi me hizo redescubrir el libro. 
Así que, si aquella primera vez no seguiste mi consejo, vuelvo de nuevo aquí a intentarlo: ¡tienes que leerlo!
Por cierto, abro paréntesis: dos clubs de lectura y sólo mujeres, ¿leemos más o leemos distinto? 


La retornada, Donatella di PietraAntonio

La retornada, no vuelve voluntariamente, la devuelven. 
Devolver a una hija, ¿por qué? Descubrir a otra madre, la biologica, y preguntarte ¿qué te hace ser madre? ¿qué es la maternidad? ¿cómo acostumbrarte a la nada cuando vienes de tenerlo todo? ¿cómo sobrevivir buscando la respuesta a una situación que nadie se ha parado a explicarte?
Ella tiene dos tablas de salvación: Adriana y la educación, los libros, las clases, la oportunidad de volver a la vida anterior o simplemente a otra vida porque quizás la que dejó atrás es difícil de recuperar, resulta difícil hacerse un hueco en el lugar del que te echaron aunque conserves tu habitación porque llega un momento en que más que el retorno sentirá el abandono.
Recomendabilísimo!!



El cielo según Google, Marta Carnicero

Una recomendación de mis libreras, que estaba segura iba a ser un acierto.
De nuevo un libro de relaciones familiares, sobre las verdades y mentiras que comparten y que esconden, sobre un deseo, la maternidad, sobre todos esos cambios que se producen cuando dos pasan a ser tres, y aquella niña tan deseada es todo lo que querías pero echas de menos tu vida anterior. Y entonces los dos, la pareja, también pasa a ser tres, pero esa tercera no estaba invitada, así que decides alejarte y llevarte a la pequeña porque ella era tu sueño, y por eso ella vivirá durante años con una sola versión de la historia, pero las historias siempre tienen dos versiones y ella terminará descubriéndolo a través de una llamada de su hermana, porque sí, ella tiene una hermana. Y entonces ella no sabe si quiere saber o no pero siente que lo necesita y no sabe si perdonar, ni a quien hacerlo, y más importante aún, si debe personarse a si misma.
Todo lo bueno que leas de esta novela es verdad, y probablemente no encuentres a nadie que sea capaz de decirte nada malo.



Como si todo hubiera pasado, Iban Zaldua 

Una recomendación de esas de las que fiarte a ciegas, un prologo de Edurne Portela que era otra señal de acierto seguro y 42 relatos escritos entre 1999 y 2018 originalmente en euskera y por primera vez muchos de ellos traducidos al castellano (¡Gracias!).
Recuerdo que algunas criticas a Patria incluso a Mejor la ausencia, intentaban restarles  mérito porque habían sido escritos dejando pasar el tiempo, cuando todo estaba ya más tranquilo, como si por ello perdiesen valor dos tremendos libros que novelaban el conflicto vasco. Zaldua escribió la mayor parte de estos cuentos cuando "La Cosa", como él y sus amigos lo llamaban,  estaba aún presente. 
Hay episodios que te trasladan: yo, por ejemplo, recuerdo perfectamente estar preparando en Xivares el examen de Constitucional aquel fin de semana de julio del 97, recuerdo los días en que se reclamaba silencio en el salón de casa para enterarse bien de lo que estaban diciendo en el telediario, las conversaciones para buscar soluciones desde una mesa de bar,  pero todos mis recuerdos lo son desde la lejanía de mi paraíso astur. 
Encontraras relatos que se escribieron durante esos duros momentos, también en tiempos de esperanza y algunos pensando en las necesidades del futuro que obligan a mantener viva la memoria, para no caer de nuevo en los mismos errores, aunque ya se sabe que el hombre es el único animal que insiste en tropezar dos veces en la misma piedra. Ojalá hayamos aprendido lo suficiente.



Me he puesto las pilas, y esta misma semana publicaré otro post (no sólo no me voy sino que tengo pensando ir sacando del cajón de borradores algunos post, ¡pobre de vosotros!): los mejores libros de 2018 y algunos de mis deseos navideños, por si sirven de ayuda.

Lee lo que te gusta - Octubre

Me gusta leer, me gusta ir al cine, me gusta ver series, me gusta ir a conciertos, me gusta hablar por teléfono, me gusta dejar audios de whatsaap largos, me gusta skipear, me gusta pasear por lo conocido y turistear por lo desconocido, me gusta comer y también cocinar, me gusta estar acompañada y me gusta disfrutar de momentos de soledad, me gusta tirarme en el sofá y no hacer nada, me gusta despertarme antes de que suene el despertador y también quedarme remoloneando en la cama... Me gusta hacer tantas cosas. 
Me gustaría tener tiempo para más, poder teletransportarme, hacer esto y aquello a la vez, a veces, estar en dos sitios al mismo tiempo para no tener que renunciar. 
Y mientras voy haciendo lo que me gusta siempre que puedo.


El tiempo es limitado, deberíamos leer por placer, cuando podamos, lo que queramos, deberíamos olvidarnos de hashtags, debería importarnos un pimiento el número de libros que leemos a la semana, al mes o al año. 
Lo único que debería importar es disfrutar del tiempo de lectura. Mejor calidad que cantidad, una verdad casi irrefutable para muchas cosas, también para la lectura.

Cosas que me dan miedo

Llevo días con una tos horrible, estoy buscando representante que pueda negociar mi participación estelar en el nuevo anuncio de jarabe contra la tos. Mi desesperación me ha llevado a seguir a rajatabla los remedios telefónicos de mi madre, alimentarme a base de sopas y platos de cuchara, abrigarme por encima de mis necesidades, untarme Vicks Vaporub hasta ahogarme  de su perfume, y por último, loca por dormir, he cortado una cebolla y la he depositado en mi mesilla esperando el milagro.


No ha habido multiplicación de panes y peces, de momento todo sigue igual. Podría haber salido del trabajo y asistir a alguna fiesta de Halloween  sin necesidad de maquillaje para pasar por un personaje de Walking Dead.

No tengo puente, y además también me toca trabajar el sábado, si estas 24 horas de descanso tampoco sirven, subiré el caché que estaba negociando, puede que sea hora de que jubilen al abuelo del Iniston.

Con este panorama y de Rodríguez en casa, sin nadie que cuide de mí, me he puesto a teclear/divagar en esta noche terrorífica sobre miedos, ¿sobre qué si no?

Cumplir años

No soy un ogro ni me he vuelto una abuelita cascarrabias prematura (creo) pero cada año me gusta menos cumplir años. 

Luego llega el día, y ni tan mal, pero los los días anteriores son un verdadero drama, me invade una tristeza arrolladora, me empiezo a poner repunantuca y acabo enfadada con el mundo happy que creo que me rodea, y por supuesto conmigo misma por autocastigarme de esa manera.


¿Por qué escribo esto? Porque lo necesito, porque seguro que no soy la única persona a la que le sucede, y sobre todo, porque me funciona como terapia, al menos escribirlo, lo de compartirlo quizás se me ha ido un poco la pinza.

Los últimos años, pensaba que era por estar lejos, pero no, me he dado cuenta que el problema no tiene que ver con distancias ni lugares, me entristece cumplir años y ver que no estoy donde esperaba, que no soy la persona que me imaginaba, el escenario no es aquel con el que fantaseaba, ni lo que tengo y hago es aquello que escribía en mi diario cuando pensaba en lo que sería de mí cuando fuese mayor.

En mi defensa diré que la cosa empezó mal, yo nací de culo, para hablar con más propiedad, diremos que nací de nalgas, hubiese estado mucho mejor nacer con una flor en el culo que no dejase que la suerte se alejase, pero debí darme una vuelta en el último momento, y decidí llegar sin plantarle cara al mundo.

Nacer un 19 de octubre y además en Oviedo, (y esto ya lo he contado antes) significa que el menú puede que no sea tu comida favorita porque ese día se come el Desarme, y yo, pobre de mí, de tanto repetirlo, terminé por cogerle algo de tirria al pote de garbanzos con bacalao y espinacas, soy incapaz de comer callos, e incluso durante un tiempo dejé de comer arroz con leche sólo por aquel menú. Es verdad que siempre había tarta y chocolate para compensar pero aún así... un poco de comprensión.

Cuando estaba lejos mi cumpleaños solía coincidir con la entrega de los Premios Principe de Asturias y acababa sentada frente al portátil con un fuerte ataque de melancolía, porque a mi esas gaitas entrando en el patio de butacas del Campoamor me siguen poniendo la piel de gallina.



Desde hace unos años, todo se tiñe de rosa por el día internacional de la lucha contra el cáncer de mama y entonces yo, me muevo en una linea que va desde mi aprensión innata al enfado, porque es un día en el que leeré cosas que me sacarán de quicio, esas opiniones hablando de luchadoras, y mira no, ya lo he escrito alguna vez más, con el cancer no hay luchadores, ni mucho menos ganadores ni perdedores, tiene que haber acompañamiento con palabras, gestos y silencios, y también reivindicación de un sistema de salud publico del que sentirnos orgullosos, a pesar de los recortes.
Se me encoge el corazón durante todo el año, cuando un familiar, un amigo, un conocido e incluso un desconocido enferma, así que sí, el 19 de octubre, me siento afortunada por estar sana pero no puedo evitar, ante ese velo rosa que todo lo cubre, que se me haga bola celebrar el mismo día que leo y veo testimonios que me encogen el corazón.
Todo sea y sirva, como dicen, para concienciar. 

Si yo volviese a nacer, no sé si elegiría un 19 de octubre, aunque lo sé, eso no se elige.
Pero estoy segura de que si pudiese ir atrás, le diría a aquella larguirucha  que no pasa nada si cuando toca soplar las velas no estás como ni donde esperabas, que sería fantástico haber conseguido los sueños y alcanzado los objetivos, pero que aprenda a disfrutar de cada día y a hacerlo en buena compañía. 

Feliz cumpleaños a mi!! 
Chin-chin!!
Qué el próximo 19 de octubre nos pille celebrando, los años y la vida!!




Música para un 9 de octubre


Descubro una canción y pienso que es nuestra, para nosotros, y entro en bucle. 
Y la pongo el domingo mientras ponemos orden en casa, y en el coche cuando vamos a la playa o cuando volvemos del paraíso, y la canturreo mientras bajamos en el ascensor y tú cruzas los dedos para que no se pare en ningún piso y nos encontremos con algún vecino, y un día decido que me alegra y la la uso como despertador, y otro día que me pone triste y se me caen los lagrimones. 

Así soy yo, ya me conoces después de estos 18 años.



Saber que podemos contar el uno con el otro, y a veces, no necesitar nada más.



Compta amb mi,
al últim sospir de la nit
i en el primer alè del dia
els teus llavis, quan badallis,
compte amb mi.

Compta amb mi,
quan s'oxidin els dies
i si la boira entela els vidres
dels teus somnis, quan no els trobis,
compta amb mi.

I tu i jo
en una ciutat gelada
desfent la neu a dins dels teu llençols
i tu i jo
fins que se't curin les ales
jo seré aquí espantant els teus malsons

Compta amb mi,
en els dies de lluita
i si la esperança et descuida
els mals pasos, hi haurà uns braços,
compta amb mi

Lee lo que te gusta - Septiembre

Antes de compartir las lecturas siempre escribo algo que no tiene que ver con libros.
Esta vez iba a contarte que no me da la vida, me iba a montar una película, pero mira no, mi pepito grillo me dice que hay que tenerlos muy bien puestos y una cara muy dura para quejarse siendo una privilegiada que sólo tiene que reorganizarse, priorizar y renunciar; problemas del primer mundo.



En septiembre me llevé un par de libros al Mediterráneo. En vacaciones siempre un thriller; estuve a punto de darle una oportunidad a Jöel Dicker, pero afortunadamente me avisaron que la cosa seguía el descenso en picado que había supuesto su segunda novela, así que me decidí por...

La novia gitana de Carmen Mola

Dos hermanas asesinadas con la misma crueldad, el asesino de Lara está en la cárcel pero la aparición del cuerpo de Susana obliga a resolver el nuevo crimen e intentar  esclarecer las dudas sobre el culpable del anterior.
"Llenas de cliches", leí en algunas críticas, pues puede, ya se sabe que hablando de payos y gitanos... Claro que hay un clan que cumple todos los estereotipos que esperariamos, pero es que hay dos asesinatos, homosexualidad, Alzheimer, violencia contra las mujeres, una brigada de policía casi al margen de la ley, la Deep Web...
A mi, más thrillers de esta categoría llena de "clichés", de esos que me enganchen desde la primera página. 
Yo también le encuentro un pero, la historia está tan bien contada que te atrapa y la lectura que te iba a durar días te lleva muy poco tiempo.



Conversaciones entre amigos de Sally Rooney

Es un libro que habla de relaciones, con un relato que gira entorno a cuatro personajes bien definidos, es probable que te suceda como a mi y según vaya avanzando la historia no soportes a personajes a los que acabaras comprendiendo cada silencio, cada mirada y cada una de sus palabras. 
Si adoras los personajes sufridos que utilizan el humor como arma de defensa, como carta de presentación ante los desconocidos, los personajes que se buscan porque no saben muy bien donde estar ni a donde ir y acaban montándose historias para escapar de la verdad, esos que no quieren huir pero no saben interpretar los mapas de la vida, adoraras a Frances.

No obstante, debo reconocer que me quedé un poco a medias porque me esperaba algo más, me pasa siempre con estos libros tan recomendados, fijo unas expectativas muy altas y espero que sea uno de esos libros en mayúscula.



Las posesiones de Llucia Remis

En la contraportada se dice que Las posesiones es una novela sobre aquello que perdemos mientras maduramos y aprendemos que "crecer consiste en esto: no tener adonde volver".

Hacer viajes de ida y vuelta en el tiempo mientras regresas a casa, de Barcelona a Mallorca, para poner orden en el caos de un padre que ha decidido ser Quijote y casi te obliga a ser Sancho, navegar por lo recuerdos de una casa que ya no tienes, donde se quedaron muchos recuerdos felices de la infancia. 
Emprender un viaje mientras tratas de buscar la verdad entre lo que recuerdas y lo que otros recuerdan, para terminar dándote cuenta de que aquello que creías te pertenecía no es tuyo, y encontrarte con fantasmas que creías desterrados y no saber como enfrentarte a los miedos que te produce el paso del tiempo en los otros y en ti mismo.

Hay un email mental, de esos que nunca envías, que la protagonista le escribe a un desconocido lector y admirador de su novela. 

"Querido desconocido:
Qué sabrás tú de mi. Creo que me lo tomo todo a la ligera. Pero es la única manera en la que puedo señalarte las cosas importantes. Soy una ilusionista de la realidad. Que sabrás tú del dolor, esa herida de la que brota la literatura, hemorragia de los que no aprendimos a sentir más que por escrito y sólo sabios pensar a través de la letra impresa, como quien va haciendo cuentas complicadas apuntando las operaciones, y me llevo una. ¿Te parezco afectada? ¿O consideras que hay que tener una actitud siempre solemne ante la vida para que te tomen por alguien sensible y profundo? ¿Sólo te acuerdas de la muerte cuando le diagnostican un cáncer a un ser querido? ¿Cuando un accidente hace que te replantees el sentido de la existencia?
Yo siempre pienso en la muerte, siempre la tengo en cuenta porque, total, no podemos evitarla. Cuando voy a subirme a un avión, entro en un coche o voy en metro, cuando salgo en la calle, y si no salgo, pienso que puede explotar el gas o los cimientos de mi apartamento se vendrían abajo conmigo dentro. He llegado a obsesionarme. No sólo pienso en mi muerte, también en la tuya, en la de cualquiera. (...)
Ahora le tengo tanta confianza que me río de ella. De la muerte, digo. No podré vencerla, pero sí puedo tomármela un poco a coña. De momento a ella no le importa. En mi cabeza, en todas las historias hay una muerte que lo cambia todo. Como si no fuera la vida la que lo cambia todo en realidad. En esta novela con la que te sientes tan identificado y que yo escribí no se muere nadie ¿Quien se muere a nuestra edad? Casi nadie. ¿Quien muere a nuestra edad? Casi nadie. Todo podríamos hacerlo, pero quien lo hace. Sólo una minoría, y uno publica para las masas, aunque nadie lea. Tú me leíste. Bueno, eso es lo que te crees. No me leías a mi, sino lo que había escrito, que no es lo mismo. Leerme a mi es más difícil  ni siquiera yo estoy segura de poder hacerlo.
Lo recuerdo todo, incluso lo que todavía no he vivido. Y a veces me confundo. No sé qué pasó antes y qué después, porque en mi cabeza todo es simultáneo. Todo ocurre a la vez, todo el rato. Todo es memoria. Sin parar. 
Por eso escribo. Porque sólo así sé ordenar esto que no sé si son recuerdos o anhelos. Invento cuáles fueron las causas y qué consecuencias tendrán. Qué provocó qué. (...)

Podría escribirlo entero, pero me parece una pequeña falta de respeto, me pasa los mismo con los "instacríticos" literarios que se dedican a fusilar párrafos y no dicen nada más. 
Yo sí, te recomiendo que leas Las posesiones y te quedes enganchado a toda la historia.


El placer de vivir sola de Marjorie Hillis.

Una portada rosa con la ilustración de una Pin-up como corresponde a un "clásico más vigente que nunca que supuso la liberación de las mujeres solteras en la década de 1930" (escrito en su portada.
¡1930! Prometo que parece increíble, es tan actual que parece que el tiempo se ha detenido, que no escribimos en portátil sino que seguimos utilizando pluma y tintero, un poco triste así visto.
Pero es una delicia, alegre, perfecta para una tarde de domingo. 12 capítulos para disfrutar de un manual sobre los privilegios de vivir sola, ¿o por qué no? De seguir muchos de sus consejos aunque vivas en pareja que para eso llevamos años leyendo que debemos  mantener nuestro espacio.
Escrito en 1936 para continuar siendo leído en 2018.



Y para de contar, porque no he acabado el clásico que me traigo entre manos porque... no me da la vida, quiero mantener el tiempo de lectura, pero también quiero escaparme al cine, ir al teatro, sentarme a ver series, escuchar música, pasar tiempo con los amigos... Y me han quitado horas, y no me da para todo. Así que del libro inacabado, te hablo el próximo mes.

Por cierto... 
¿Escuchar música? Estoy en bucle con las ultimas canciones de Zahara y Rayden. BRU-TA-LES.

¿Ir al cine? Dos peliculones made in Spain: Todos lo saben y El reino, pedazo de historias y de actorazos.

Menorca, nuestro descanso imperfectamente real

Estando en Menorca escribí en las notas del móvil algunas cosas que no quería que se me olvidasen compartir, nada de listas de cosas que no perderte o sucedáneos varios, más bien cosas que no había leído o escuchado, poco instagrameables pero reales.

Mientras terminaba de deshacer maletas, poner lavadoras y volver a habituarme a mis nuevos detestables horarios de trabajo, coger además el primer resfriado de invierno justo antes de que finalice el verano, he leído un par de artículos que algo tienen que ver con lo que yo quería decir y que tengo que compartir antes de ponerme a divagar.



En mi muro de Facebook, una publicación de la Criatura creativa, que se pregunta a partir de una campaña de un Huawei, si realmente es necesario que lo compartamos absolutamente TODO en redes sociales, abordando además el tema del sobreturismo que sufren algunos monumentos turísticos por culpa de IG.

El artículo de Javier Aznar en Vanity Fair titulado "Kriptonita en la playa". A estas alturas ya sabrás que me encanta como escribe y que soy cero objetiva, pero merece la pena que lo leas. Spoiler, lleva por subtítulo "De cómo ocurren desastres de todo tipo y las redes sociales ni se enteran de ello."

Lee lo que te gusta - Agosto

Buah, esta semana por poco me olvido de devolver los libros a la biblioteca.
Agosto se pasó volando;no todos los planes salieron como esperaba pero descubrí nuevas perlas de occidente asturiano que espero poder compartir por aquí en algún momento, pase unos días en Babia, recorrí una carretera nacional llena de curvas para disfrutar de buena compañía, y leí, siempre hay tiempo para leer.




Estar en Babia


Geográficamente, comarca leonesa que limita al norte con Asturias.

Como expresión, alude a una persona despistada, ensimismada, distraída.
Parece ser que los reyes de León pasaban largas temporadas durante el verano relajándose en su palacio, olvidándose de sus obligaciones, y así, si no querían dar audiencia, aludían a que "estaban en Babia".

Yo he estado visitando a mis padres en su retiro babiano, reencontrándome con la familia y con muchos recuerdos ...




Política de likes

Politicamente incorrecta

Tengo mucho tiempo libre más de el que quisiera, mi vida no se reduce a lo que pasa en mi  móvil. 
Intento estar activa, me apunto a cursos que pueden aportar algo a mi CV, hacerme mejorar en algún hobby o simplemente socializar, leo, escribo, Netflix me hace compañía todos los días y Spotify va conmigo a caminar o pone música cuando estoy poniendo orden en casa*, además tengo familia y amigos con los que me gusta hacer planes.
También voy a entrevistas de trabajo, por el momento sin resultado positivo; hace dos o tres semanas, hice LA entrevista, esa en la que piensas que realmente tienes opciones y que es exactamente lo que estabas buscando, una semana de espera de absoluta felicidad; al final no fui la elegida, pero ¡qué feliz estuve durante siete días!.
Cuento todo esto para ponerte en situación, no seré yo quien diga que no me da la vida, esto ya lo he comentado antes, sí, efectivamente aquí.
Esto es una de mis "divagaintroducciones" a un post sobre... ¡¡Mi fuente de divagaciones favorita!!


Lee lo que te gusta - Junio

Traigo seis títulos, lo que sucede es que algunos se pueden leer casi de una sentada, así que pueden parecer muchos pero en realidad son pocos, ya se sabe que las apariencias muchas veces engañan.



Antes de pasar a los títulos de junio, no puedo atarme las manos y no escribir expresamente sobre una publicidad que me dejó noqueada.
"Lee lo que quieras. Miles de audiolibros para escuchar a tu manera." 
No sé si os sonará de algo, personalmente me pareció un despropósito. 
No es que rechace la existencia de los audiolibros, creo que es una magnífica forma de hacer llegar historias a muchas personas para las que por diversos motivos esa puede ser una solución fantástica, yo misma los he utilizado para, por ejemplo, practicar un idioma. 
Lo que me ofende de la campaña es que hablen de leer. Puedes escuchar un libro y podrá hacerte sentir muchísimas sensaciones pero no estarás leyendo sino escuchando, y es una diferencia importante porque no es lo mismo ver que oír, ni tocar que escuchar. 
Y sí, me ofende la campaña tal y como está planteada, y entiendo que hay personas para las que quizás sea una solución mientras cocinan, recogen la casa, hacen ejercicio o se dan un baño relajante, pero lo siento, no están leyendo. 
Ya, el momento en que determinados perfiles que llegan a un gran número de personas, promueven la idea de que escuchar un libro es lo mismo que leerlo...

Tenemos una memoria frágil

La semana pasada hice un paréntesis de menos de 24 horas en Madrid y pasé calor incluso a la sombra, está claro que el verano está más cerca, según el calendario ya sólo nos quedan un par de días, el viaje me fue útil, también para recordar lo bien que me encuentro entorno a los "ventipocos" grados. Al final, resulta evidente que yo no necesitaba que llegase el calor, lo que realmente necesito son más días de sol.

Aproveché que se había ampliado el plazo para ver la exposición de Auschwitz en el Centro de Exposiciones Arte Canal de Madrid, quería haberla visto en enero y no lo conseguí, así que fue la señal perfecta para decidirme a bajar. 
Aprovechando la cercanía también visité la exposición del fotógrafo Cecil Beaton en el Canal de Isabel II; tenía razón @gratistotalisima está muy mal iluminada y se podría haber hecho una muestra mucho mejor con todos esos retratos.
Cuando quise darme cuenta era tarde y me quede sin poder ir a escuchar a Laura Ferrero, uno de los descubrimientos literarios de los últimos meses.



Madrid siempre me deja a medias, siempre me ofrece más de lo que puedo hacer, pero eso hace que siempre me de motivos para volver.

Aquí, como mínimo, somos todos entrenadores

A mi me gusta el fútbol, y he tenido un pasado futbolero de esos de ir al estadio a animar al Real Oviedo, he empezado a ver con maridin un clásico en el sofá y hemos terminado viéndolo en diferentes habitaciones (a ver si el Alavés por fin nos une), me he puesto la camiseta de la selección para ver el partido y he visto los penaltis de la final en diferido porque me podían los nervios. 
Yo me he tragado con mi padre etapas y etapas de la Vuelta, el Tour y el Giro en la que aprovechábamos para repasar geografía. He ido a ver a Gorospe subir el Naranco, no sólo sabia que significa llevar el maillot amarillo o la maglia rosa, es que sabía quien iba a ganar el rey de la montaña por aquel maillot aflamencado.
Me sentaba con mi abuela a ver la gimnasia rítmica y soñaba con poder hacer algo de aquello (¡yo que estaba exenta de la mitad de los ejercicios en la clase de educación física!), si llegamos a pillar el boom de la sincronizada... ¡vaya juego nos hubiese dado a nosotras que éramos las mejores saltando juntas las olas!.  

Esta soy yo, la misma a la que le encanta leer, ponerse a escribir, ir al teatro o al cine. 



Somos un país de futboleros, plagado de entrenadores de sofá y deportistas de salón,  sabemos porque no entró esa canasta, la dirección que tenía que haber llevado el golpe para que entrase en el hoyo, la fuerza con la que se debía haber devuelto aquel revés y no tenemos equipo de curling para los juegos de invierno porque no nos lo hemos propuesto. 

Somos todo eso y mucho más, pero hay cosas que podríamos intentar cambiar.

Lee lo que te gusta - Mayo

El mes de mayo alejo el verano, ese que tanto estamos esperando y nos recordó que la primavera dura hasta el 21 de junio, vino además cargado de lluvia y más días grises de los que desearíamos.
Como no hay mal que por bien no venga, nada hay mejor que un cielo triste para propiciar grandes momentos de lectura.



Estos fueron los libros que me acompañaron durante el último mes...


El peligro de la historia única, Chimamanda Ngozi Adichie

Lo leí después de haber visto varias veces la inspiradora charla TED, necesitaba tenerlo en casa, para poder releerlo cuando sea necesario porque como todo lo que he leído de esta autora, es un imprescindible. 

Me mantengo en aquello que dije al recomendar "Todos deberíamos ser feministas" y "Querida Ljeawele Como educar en el feminismo", deberían ser lecturas obligatorias en los centros educativos,  son libros necesarios y además propicios para crear debate. 
Nos hablaba la escritora en aquella charla sobre los peligros de reducirlo todo a una única historia y de lo necesario que resulta hacerlo desde distintos puntos de vista. 
Nos contaba Chiamamanda Ngozi que cuando empezó a escribir en su Nigeria natal lo hacia contando historias de niños blancos y ojos azules que jugaban en la nieve, escribía así porque imitaba todo aquello que ella leía, que no era más que literatura europea.
Por eso es necesario atender a no quedarnos en el relato único, en los estereotipos incompletos. Por eso no puedo evitar recordar aquel profesor de la facultad que nos animaba a leer la misma noticia en distintos periódicos y al que por enseñanzas como aquella siempre me sentiré agradecida.






Los pacientes del doctor Garcia, Almudena Grandes


El último de los libros publicados de la serie Episodios de una Guerra Interminable, y yo llegué a él casi de casualidad sin haber leído ninguno de los anteriores. Resulta que no me sentía nada atraída por meterme en esta serie, estaba llena de prejuicios de esos que todos arrastramos, pocas ganas de leer sobre la guerra civil, los años de postguerra, la dictadura...
Debo decir, no obstante, que a mi Almudena (así en confianza, esa que te da haber compartido con ella un par de minutos como el resto de personas que han hecho cola esperando por una firma) me encanta como columnista, algunos de sus libros ajenos a esta serie me han encantado y que cada vez que recomienda libros en las entrevistas acaban convirtiéndose en un acierto para mis lecturas; ella me descubrió entre otros Mejor la ausencia de Edurne Portelas, uno de mis favoritos del año pasado.
Así que me acerque a la presentación en Vitoria de este libro, principalmente con el objetivo de escucharla en directo. Allí casi empezó contándonos Almudena que sus libros siempre empiezan a partir de una imagen, lo dijo aquella tarde en el Palacio Villa Suso y lo escribía en uno de sus últimos artículos en El País. 
Los pacientes del Doctor García empezaron con una foto de Clarita Stauffer, una mujer pionera en el deporte femenino español afín al régimen nazi, que desde España ayudo en la huida hacia Sudamerica a muchos de esos monstruos, una mujer que habiendo disfrutado de una gran libertad decidió colaborar en limitar la del resto de mujeres de la época.
Escuchando a Almudena todo el trabajo que desarrolla hasta ponerse a escribir la novela, toda esa libreta en la que va dibujando personajes, desarrollando la historia, hilando realidad y ficción, imposible no olvidarse de los prejuicios y ponerse a leer este thriller lleno de maravillosos diálogos, porque pensaba yo que estos Episodios de una Guerra Interminable serían de esos libros en que pasas paginas con descripciones interminables y que solo acaban por aburrirme, pero ¡qué equivocada estaba!, con esta novela el aburrimiento es imposible.
Verás que hay quien la define como una novela de espías, como un thriller, como la más internacional de las obras de sus obras, yo te diría que tuvieses muy presente que es además una historia sobre la amistad y la lealtad. 



La uruguaya, Pedro Mairal


A veces sólo necesitamos encontrar la excusa para intentar escaparnos de nuestra propia realidad, el problema es que muchas de esas veces la nueva realidad no es exactamente como nos la habíamos imaginado. Y esto es básicamente lo que le sucede a Lucas Pereyra, protagonista y voz narradora de este libro.
Nunca hubiese imaginado que con una historia, la de un escritor argentino cuarentón en plena crisis, podría por momentos llegar a divertirme, pero imagino que a veces no es tanto el reflejo de determinadas situaciones como la distancia de ver la tragicomedia ajena, y porque Mairal consigue que seas capaz de ponerle cara a Lucas y Magali. 
En fin, que a veces la literatura nos sorprende y está bien que nos dejemos sorprender.





Contra todo, Manuel Rivas

Ya confesé en su momento, cuando me acerqué a mi librería favorita, Mara-mara, a celebrar el día del libro que había comprado un regalo trampa porque sabía que le encantaría al destinatario pero estaba segura de que acabaría leyéndolo yo antes, como así ha sido finalmente.
Rivas es un tipo tan inteligente, con una enorme capacidad para analizar la actualidad, a veces haciendo uso de ese humor que nunca sabes si es eso que llaman retranca gallega, que cuando le escuché decir que un profesor en la facultad de Ciencias de la Información, le espetó que "el trabajo que había entregado no era periodismo, era literatura" no pude evitar pensar en que no hay más ciego que el que no quiere ver.
Es un ensayo político mucho más ameno que algunas novelas que he intentado leer, será porque me gusta la política y seguir la actualidad no lo voy a negar.
Es un libro de esos que pueden ir leyéndose en pequeñas dosis o que te engancha y no puedes dejarlo hasta terminar.
Es un libro necesario para analizar la realidad, desde, como el autor ha dicho, la vergüenza ante la realidad que nos rodea pero no es un libro de desesperanza, es un libro lleno de valgalumes*, de esos que van escaseando pero antes llenaban los caminos para iluminarlos. 
*Luciérnagas; que tendrá el gallego que lo siento siempre dulce.




El lápiz del carpintero, Manuel Rivas


Autoinvitarse, colarse en un club de lectura que celebra junto al autor los 20 años de un libro es un buen motivo para acumular kilómetros, aunque pocos son los que necesito para acercarme hasta A Coruña.
Esa tarde, en ese rato que pasamos escuchando a Rivas, nos enseño aquel lápiz de carpintero del taller familiar que acabo dando titulo a este libro, ese lápiz que no es más que la conciencia que acompaña a un verdugo, a uno de los malos.
Tres horas lleva la lectura, lo sé porque empece a leerlo al salir de la estación de autobuses de Oviedo y poco antes de llegar a destino ya lo había terminado. 
No soy objetiva con Rivas, así que ¿qué te puedo decir? Deberías leerlo, igual que te dije que deberías hacer con ¿Qué me quieres amor? 
Y si tienes la posibilidad de poder escucharle para hablar de libros, de actualidad, de la vida, no pierdas la ocasión. Y si además puedes, haz cola y espera a llevarte además su firma porque no he conocido a ningún otros escritor que se dedique así a sus lectores.



Los Grope, Ton Sharpe

Os voy a decir algo, esta obcecación mía por alejarme de los dramas no es nada fácil. Estaba convencida que era porque a la mayoría de los autores les resultaba más sencillo escribir sobre tragedias, pero me he dado cuenta que es difícil encontrar libros que te hagan sonreír porque el humor es más personal que el dolor que al fin y al cabo es mucho más universal.
Así que diré que este libro no me ha robado carcajadas pero me ha entretenido y seguramente en muchas ocasiones me ha hecho sonreír mientras movía la cabeza y pensaba "¡qué personajes!".
Una longeva estirpe que nace del ¿amor? entre una criada y un vikingo desertor, una historia de mujeres que deciden y gobiernan sus feudos con independencia de los cambios históricos que se suceden, a los que se van amoldando a su manera, hasta llegar a Belinda Grope, casada con Albert un mafioso de tres al cuarto que vende coches robados y regenta un matadero self-service, hermano de Vera una mujer empeñada en vivir como lo hacen las protagonistas de sus novelas rosas, casada con Horace un banquero que al verse reflejado en su hijo Esmond intenta acabar con él. Podría parecer que he destripado el argumento pero puedo prometer que esto no es más que la primera parte del libro, momento a partir del cual todo se vuelve una sucesión de locos y absurdos acontecimientos.
Sólo se me ocurre decir, Monty Python en papel.



Y hoy para acabar, sólo un consejo, no reniegues del ebook, siempre te permite llevar un libro contigo. Aunque al salir de casa sólo te de tiempo a coger el móvil y las llaves, ya sabes que nunca estarás solo, por ponerle una pega... el tacto de las hojas y las notas a mano, son irremplazables, la historia, el argumento, no cambia.