Instagram 2018, mucho más que un best nine

La cuenta de instagram durante 2018 ha estado menos activa, sigue siendo más de paisajes, y ha ido la mayor parte del tiempo en diferido, sobreviviendo a base de archivo.
No recuerdo si fue la mamina quien me dijo aquello de que mi perfil era como una sucesión de postales, de paisajes, pero tenía toda la razón. Intento controlar más o menos lo que publico, evitar exponer a conocidos y desconocidos, procuro pensar bien lo que enseño y lo que cuento, aunque como se supone que la gente no siempre lee los pies de fotos, con el teclado me dejo ir un poco más que con las fotos.
Lo del directo y el diferido, era algo que ya estaba ahí. Me da un poco de cosa, llámalo vergüenza, llámalo equis, dejar constancia de donde/como/y con quien estoy en cada momento en directo. ¡Qué de buenos momentos vividos y no compartidos!
En este 2018 he reducido el tiempo que paso con el teléfono en la mano, eso es lo que me dice cada domingo, pero reconozco que no es mérito propio, que es porque no puedo hacerlo más, porque de momento no hemos tenido noticias de que Zuckenberg quiera pagar parte de mi sueldo. Cada vez puedo hacer menos comunidad, pero ¡ay, es que a veces eso de hacer comunidad, dependiendo de quien venga me supera, lo confieso!.
Paso más tiempo en las Stories que en las galerías, porque es más rápido, porque puedes echarle un ojo en el ascensor o esperando en la pescadería, y sigo aplicando mi política de corazoncitos.  
En fin, que mi relación con Instagram ha madurado y la mayor parte del tiempo nos seguimos cayendo bien, a veces nos enfadamos y nos tomamos un tiempo para volver a divertirnos juntos, y a veces, hago lo que todo el mundo, por ejemplo: el Best Nine, que es lo que más les ha gustado a otros, por lo que debería llamarse The Most Likes.

Vitoria en cuatro fotos, y sólo dos son postales de nieve, no podía ser de otra forma en Siberia Gasteiz. 
Muy muy importante, el 8 de marzo de 2018 donde sigo pensando que vivimos un día histórico, y el 21 de junio cuando descubrimos que no siempre estamos de acuerdo con la justicia. Al 2018 nadie podrá negarle que ha sido el año más feminista hasta el momento.
El Cantábrico, me quedaría siempre frente a él.
Libros, porque me acompañan todos los meses, y ese Lee y deja leer.
Un recuerdo a nuestro último refugio en Copenhague y nuestro agradecimiento más grande.
Y una foto que habla de nosotros.

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