Lee lo que te gusta - Agosto

Buah, esta semana por poco me olvido de devolver los libros a la biblioteca.
Agosto se pasó volando;no todos los planes salieron como esperaba pero descubrí nuevas perlas de occidente asturiano que espero poder compartir por aquí en algún momento, pase unos días en Babia, recorrí una carretera nacional llena de curvas para disfrutar de buena compañía, y leí, siempre hay tiempo para leer.






Empezare por uno de los libros que casi olvido devolver en la biblioteca.

Como se hace una chica de Caitlin Moran 

Al parecer existe un subgenero denominado "novelas de protección oficial" y claro, dado el argumento y la propia biografía de la autora, es normal que alguien lo haya encuendrado en él.
Johanna Morrigan, alias Dolly Wilde, la protagonista adolescente de esta historia, está buscando su propia identidad inmersa en la precariedad de un barrio obrero subyugado por las decisiones de la dama de hierro, dentro de una casa llena de hermanos que sobrevive gracias a las ayudas sociales.
Johanna, Dolly o Caitlin (¿quién es capaz de saber hasta donde llega una y hasta donde la otra?) quiere ser critica musical, perder la virginidad, descubrir la sexualidad, ayudar a la precaria economía domestica, no ser recordada por la chica que grito "Scooby Doo", quiere poder contar chistes cuando no se le ocurre otra cosa que decir, quiere hacer cosas que no hayan sido hechas antes y quiere poder hacerlas independientemente de su edad, de haber decidido abandonar los estudios para perseguir su sueño, y también como no, de ser una chica.
Por esto último, en esta época en la que tanto nos gusta clasificar también se habla de este libro como una novela feminista, y probablemente muchos de los logros de su protagonista lo sean, aunque en mi opinión, deberíamos intentar dejar de guardarlo todo con etiquetas.

Si te gusta el humor inglés, si eres un amante de la música, vas a disfrutar vas a disfrutar con este libro. 
"Todos hacemos lo mismo: intentamos sobrellevar estos años para llegar a un sitio mejor que vamos a tener que construir nosotros mismos."



Seguimos por libros que se vinieron de A Coruña, préstamos de una de mis bibliotecas cantábricas y de mi librería favorita. 


No me da la vida: diario de una dama sobrepasada, de  Lucia Be.

Me gusta ir a casa de la sister porque podemos estar horas hablando o podemos sentarnos a leer disfrutando cada una de su lectura, porque sé que siempre volveré con algún libro o que puedo despertarme y quedarme un rato leyendo en la cama.
Leí este libro un sabado antes de desayunar, es lo bueno de madrugar.
Yo tengo poco que ver con la vida de Lucia, tengo muchísima más vergüenza y ni la mitad de su optimismo, no tengo pajaritos ni una empresa que sacar adelante pero tengo un maridin al que podría llamar amore después de nuestros años italianos, soy demasiado fan de Elvira Lindo y ahora me da miedo pensar que un mito pueda venirse abajo si logro conocerla en persona ("conocerla", dícese de esos dos minutos que pueda durar una firma de libros o más tiempo si es que consigo ir a escuchar una charla), a cambio tengo ahora un horario "porculero" del que solo me permitiré quejarme si pasados los 21 días no consigo habituarme a él, tendré que hacer malabarismos para conciliar mi vida laboral con la personal (por cierto, lei este post esta semana, y creo que hay que hablar más de este tema), soy una drama queen, tengo la lagrima fácil y he llegado a la conclusión que con nuestras semejanzas y diferencias, ya estoy casi en situación de poder apropiarme del título de este su segundo libro.
Es Lucia Be, son sus dibus, es su historia, con sus risas y sus llantos; y es lo único que necesitas saber para leerlo.





Nos vemos en esta vida o en la otra de Manuel Jabois

Creo que ha habido una parte de la historia reciente por la que he debido pasar de puntillas, y eso que recuerdo leer y releer durante muchos días, muchos aniversarios, durante el tiempo que duró aquel juicio en la Audiencia Nacional todo lo que se escribía, mucho también de lo que se divagaba.

El 11M recuerdo que maridin acaba de llegar de Francia para pasar unos días en casa. Recuerdo encender la tele y no entender nada, es una película de ciencia ficción cuando pasa lejos que se convierte en una de horror cuando se acortan las distancias. Recuerdo el primer mensaje de Vale desde Cagliari, no localizaban a su hermana de Erasmus en Madrid, y el último, se había quedado dormida, no había visto el teléfono.
No recordaba la historia de los menores implicados, quiero pensar que nunca pensaron que aquellos viajes de ida y vuelta en el Supra a Madrid podrían tener aquellas consecuencias.

Porque me gusta Jabois como periodista, porque no recordaba a los menores implicados, porque quería saber un poco más de lo que había pasado para que unos "mangantes" de Avilés diesen el salto del trafico de drogas a la participación en el peor atentado terrorista en España. Estos son los motivos por los que leí este libro, y sí, lo recomiendo.





Necesitamos nombres nuevos de Noviolet Bulawayo


LLamarte Darling vivir en un barrio de chabolas Paraíso en Zimbawe mientras sueñas con irte a vivir en América. Pasar el día en la calle con tus amigos, crecer de repente, acabar en Detroit y que el sueño no fuese como esperabas.

Hay dos novelas.

Antes de la pagina 129 en Zimbawe, las guayabas que acaban sentando mal a la tripa, la iglesia y el loco Profeta Revelaciones Bitchington Mborro, el juego de los países, las visitas de la ONG  a los que "les gusta mucho hacer fotos, como si fuéramos sus amigos y sus parientes de verdad (...) no les importa que a nosotros nos de vergüenza estar sucios y llevar la ropa sucia (...) pero no nos quejamos porque después de las fotos, llegan los regalos", y de repente, la caza del blanco en las casas del barrio Budapest.

Y todo lo que sucede a partir del capítulo "Destroyedmichygen" el barrio donde vive la tía Fostalina, y la verdad es que "con tanta nieve, sin sol, con el frío y la tristeza, esto no parece mi América, no parece ni siquiera de verdad" aunque "en la tele sale Obama, ese hombre tan guapo que decía todo el rato -Yes We Can, America, Yes We Can-". Y entonces llegan las promesas incumplidas, las cartas que vas dejando de escribir para no contar que no era como lo habías soñado, para ocultar cada vez más cosas "que el tiempo era un asco que hacia mucho frío o mucho calor, que la casa en la que vivía no era de ladrillos sino de tablones de madera, que en las noches de verano a veces se oían tiros en el barrio, que la gente pobre vivía en las calles y que llevaban carteles pidiendo limosma" .
Resulta que "en América, las carreteras son como las manos de Dios, que llega a todas partes" aunque lo triste era que no podían llevarla de vuelta a casa, "con lo díficil que era llegar a América, más difícil que pasar por el ojo de una aguja. (...) Y cuando llegamos cogimos nuestros sueños, los miramos con ternura, como si fueran bebes recién nacidos y los dejamos a un lado. (...) Cuando debatían que hacer con los ilegales, dejábamos de respirar, dejábamos de reírnos, lo dejábamos todo y escuchábamos. Y oíamos: exportaciones americanas, violación de fronteras, guerra de clase media, invasión, deportación, ilegales, ilegales, ilegales. (...) Y como eramos ilegales y teníamos miedo de ser descubiertos, nos aislábamos, nos quedábamos con los nuestros y nos alejábamos de los que no eran como nosotros. (...) Nos había salido muy caro estar en América y no queríamos perderlo todo."
Y aquella llamada a la que respondió Chipo, la amiga que se ha quedado allí en Zimbawe y me dice al otro lado del teléfono "¿Crees que con ver la BBC ya sabes lo que está pasando? No, amiga mía, no lo sabes. Es la herida la que conoce la textura del dolor. Somos nosotros los que nos hemos quedado aquí y los que sentimos el sufrimiento de verdad."

Tenemos mucho que aprender, podemos hacerlo leyendo, éste es un buen motivo para sentarte con este libro.




El que es digno de ser amado de Abdelá Taia

Si tuviese que quedarme con un sólo título del mes de Agosto, una deliciosa novela epistolar.

La carta a una madre con la que se han quedado cuentas pendientes, donde hay dolor y reproche, una madre que no era aquello que se esperaba de ella, que no sabía querer ni quería a todos por igual, de ahí que con su desaparacin los roles por ella marcados desapareciesen. Para Ahmed seguramente lo peor de intentar  arreglar cuentas con quien ya no está, es darse cuenta de que no había diferencias entre ella y tú, de ser iguales, de tener la misma crueldad e inflexibilidad con los que que han intentado amarte por el camino.

La carta que le escribe, Vicent, un amante que aún le recuerda, que ya ha dejado de odiarle porque en realidad se ha dado cuenta que aún sigue enamorado. ¿Por qué Ahmed lo dejo allí esperando, en el café La Vielleuse?

Una carta de despedida a Enmanuel cuando siente que necesita recuperar al Ahmed que abandonó Marruecos con 17 años, dejar de ser esa versión afrancesada de si mismo, ese Midou, dejar de sentirse colonizado.

Y por último la carta de Lahbib, el amigo que se quedó allí, que fue castigado dejando de ser amado y no pudo resistirlo.

Apenas 170 paginas que te encogen el corazón.




Shhhhh no se lo digáis a nadie pero voy a meter en la maleta mis lecturas para mi próxima semana mediterránea.



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