Como escribía en el último post participar en la manifestación del 8 de marzo ha sido un revulsivo que me ha servido para tomar más consciencia de un problema al que durante un tiempo no había prestado demasiada atención, y ya iba siendo hora.
Me he dado cuenta de la necesidad de participar del cambio desde las propias aptitudes, desde la consciencia de lo que sucede a nuestro alrededor, echándole sentido común a la vida que parece que es lo que nos sigue faltando y siendo capaces de ponernos en el lugar del otro para alcanzar a ver otras perspectivas.
A veces no se reacciona a tiempo, al menos eso me suele pasar a mi, que siempre estoy dándole vueltas a lo que podría haber dicho o hecho, pero no dije o hice, a veces por vergüenza, por timidez o por miedo.
A veces no se reacciona a tiempo, al menos eso me suele pasar a mi, que siempre estoy dándole vueltas a lo que podría haber dicho o hecho, pero no dije o hice, a veces por vergüenza, por timidez o por miedo.
Así que decidí ir apuntando situaciones en primera persona de esas que igual ya tenía tan interiorizadas que ni cuenta me daba y así poder analizarlas desde esa consciencia que me dejo la resaca emocional del que sigo pensando fue un día histórico.