Hola? Hay alguien ahí?
Enero me robó un par de semanas y yo se las robe al blog.
Te levantas un día, te sientes un poco mareada, con una migraña de campeonato, el estomago dando vueltas, y cuando quieres darte cuenta has cogido el virus de la gripe. No uno cualquiera, porque ya puestos a pillar, te coges uno de esos que tiene más vidas que un gato, que no le sirve con que te encierres en casa (justo esa semana en que lucio el sol, ejem...), que te da una tregua de unas horas y vuelve con más fuerza, maldices tu suerte y acabas hecha una pelota que rueda de la cama al sofá.
Estimado 2016, ahora que se acaba tu primer mes, por si no te había quedado claro aquí, te pido poca cosa, así que... respétame un poco la salud.
En conclusión, me he pasado dos semanas encerrada "en un mundo tan pequeño" pero no tan bonito como esta maravilla de Terron de azúcar, uno de esos increíbles tesoros que hace Rebeca, y que ahora cada vez que miro me hace canturrear aquella canción de Mercromina que me lleva algunos años atrás.
Así que hoy, para despedirme de enero, me desquito, escribo una de mis entradas interminables y te cuento algunas de las mejores cosas que a pesar de todo han pasado "en mi burbuja interior" estas ultimas semanas.