He pensado estos días en escribir un post sobre mi último mejor verano, ahora que por prescripción del calendario el otoño ya está aquí y parece que según dicen los pronósticos meteorológicos esta semana hará efectiva su llegada, al menos por estas latitudes, merced a una tormenta tropical, a la que han bautizado como Karl, que traerá lluvias, viento y descenso generalizado de las temperaturas (debo decir que me cuesta entender como una tormenta puede ser tropical y traernos el otoño, y menos aún, la decisión de un nombre tan... alemán?? No sé pero quizás las tormentas tropicales deberían tener nombre de protagonista de telenovela, pongamos José Alfredo, y así ya sabríamos que algo malo va a pasar).
Son muchas las razones por las que el 2016 ha sido un gran verano: la visita de la Sister y la sobrinísima, el concierto de Coldplay, el mes de agosto y todos sus días de playa, la visita de los Bembis, los días de sol de septiembre, la escapada mediterránea, la boda de un buen amigo y todos y cada uno de los momentos, que afortunadamente han sido muchos, en los que me recuerdo sonriendo (dice maridin que mi cara nunca engaña).