Estando en Menorca escribí en las notas del móvil algunas cosas que no quería que se me olvidasen compartir, nada de listas de cosas que no perderte o sucedáneos varios, más bien cosas que no había leído o escuchado, poco instagrameables pero reales.
Mientras terminaba de deshacer maletas, poner lavadoras y volver a habituarme a mis nuevos detestables horarios de trabajo, coger además el primer resfriado de invierno justo antes de que finalice el verano, he leído un par de artículos que algo tienen que ver con lo que yo quería decir y que tengo que compartir antes de ponerme a divagar.
En mi muro de Facebook, una publicación de la Criatura creativa, que se pregunta a partir de una campaña de un Huawei, si realmente es necesario que lo compartamos absolutamente TODO en redes sociales, abordando además el tema del sobreturismo que sufren algunos monumentos turísticos por culpa de IG.
El artículo de Javier Aznar en Vanity Fair titulado "Kriptonita en la playa". A estas alturas ya sabrás que me encanta como escribe y que soy cero objetiva, pero merece la pena que lo leas. Spoiler, lleva por subtítulo "De cómo ocurren desastres de todo tipo y las redes sociales ni se enteran de ello."