Razones que han hecho de mi una urbanita reconvertida

Godmorgen!!

Hay vida más alla de Copenhague! No sé la de veces que he podido decir esta frase, pero es que no me canso de repetirlo, la ciudad es maravillosa, muy pinterest, pero si te alejas un poco del centro, hay un mundo por descubrir.
Es verdad que la ciudad es muy verde y tiene maravillosos parques, que además está la zona de los canales y la de los lagos, que no necesitas alejarte del centro para poder ver castillos, pero es que la NATURALEZA (en mayúsculas y en estado puro) está casi a las puertas de la capital.

No sé si ya te lo había contado pero nosotros no vivimos en la ciudad, por obra y gracia del mismo motivo que me trajo hasta tierras vikingas, he pasado de ser una chica de ciudad a vivir rodeada de bosques y lagos, y mucho más cerca del mar de lo que nunca lo había hecho (porque mi Oviedin también es muy pinterest pero todavía no tiene playa). 
Y no es que no eché de menos la ciudad, la verdad es que lo hago y mucho, hay días en los que me gustaría poder prescindir de esos 15 o 20 minutos que me separan del centro, pero ese pensamiento dura lo que tardo en darme cuenta que al margen de esa distancia, en realidad puedo considerarme una privilegiada en muchos aspectos.
Estas son algunas de las razones de mi conversión: 
  • Ese tiempo del que te hablo, el que va desde que cojo el tren y me planto en medio de la ciudad, en realidad es menor del que me suponía trasladarme a mi trabajo cuando vivíamos en España y yo era una urbanita. Lo hacia al menos 8 veces por semana, así que si lo pienso, ahora cuando voy  al centro, la mayoría de las veces lo hago por devoción y no por obligación, y ese ya de por sí es un gran cambio. Además si me distraigo con la compañía física o vía IG, escuchando música o intentando enterarme de la conversación de los de enfrente convencida de que sólo lo hago por practicar danés, al final esos 15 o 20 minutos no son nada. 

  • Vivo en un apartamento que seguramente no podríamos tener en el centro de la ciudad, salvo que decidiésemos prescindir de llenar la nevera o decidiésemos dejar de alimentar el alma con lecturas, museos o viajes. Entre tú y yo, no puedo imaginarme renunciando a ninguna de estas cosas, básicamente porque la inanición puede causar la muerte, y todavía tengo un montón de cosas por hacer y sueños por cumplir.

  • Vivo literalmente rodeada de bosques y lagos (hasta tengo mi propio hashtag en Ig #loslagosdeiverina) y he descubierto que vivir en un lugar así me relaja y además me ayuda a moverme porque sin querer acabo dando largos paseos que son, en mi caso, lo más parecido a practicar algún deporte.

  • He redescubierto el silencio, y no sólo eso, ha dejado de darme miedo. Yo siempre he sentido la necesidad de estar acompañada: escuchando música cuando iba por la calle sola -esto aún sigo haciéndolo-, con la radio cuando me iba a dormir, con la tele cuando llegaba a casa y no había nadie... Y ya ves. ahora lo que me da pánico es pensar en visitar España y volverme medio loca con esa mezcla sonora de cláxones de los coches, alarmas y gritos de la gente (porque sí, los españoles hablamos muy alto, empezando por mi!!).

  • Le he dado la vuelta a los momentos de soledad, porque vivir fuera de la ciudad también supone tener menos posibilidades de socializar, algo ya un tanto difícil de hacer en tierras vikingas. Aquí siempre te explican que los niños hasta los seis años en lugar de comenzar a aprender a leer o escribir deben desarrollar aptitudes sociales, pero yo me temo que en algún momento deben dejar de explicarles el paso siguiente a la sonrisa de cortesía (y eso, que con la llegada del sol -aunque sea a ratos-, ellos sonríen mucho, muchísimo).


En conclusión, he empezado a disfrutar de la vida de urbanita reconvertida.

Y hasta aquí las divagaciones de este miércoles, acabarán convirtiéndose en una tradición? 


4 comentarios

  1. Lo que se aprende por necesidad y termina gustando...
    Me encanta tu barrio, pueblo, tus lagos y tu casa!

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  2. Eres una suertuda!! Algún día yo también me marcharé fuera de la ciudad (pero cerquita, jajaja)

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    1. Bueno. no es oro todo lo que reluce, hay momentos ()digamos durante el inviero) que echo mucho de menos estar en medio de la ciudad...
      Besines desde Dinamarca

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