Frilandsmuseet, así vivían los vikingos

God morgen!!

Hoy vengo con una nueva recomendación de esas que vienen en las guías pero que a priori no debe resultar demasiado atractiva porque pocas veces me encuentro a turistas, ni siquiera en esta época del año en la que en las calles de Copenhague te resulta más fácil escuchar español, italiano o cualquier otra lengua antes que la lengua vikinga.
Cuando llega finales de junio, los niños han terminado la escuela, y todos aquellos autóctonos que pueden se van o hacia el sur de Europa (ya sabes el complejo de lagartija que tienen aquí mis amigos daneses) o a pasar el verano en sus "sommerhus" (casas de verano), y como por supuesto llegan oleadas de turistas (los que vienen a pasar unos días, los que han decidido visitar los fiordos noruegos, los que no quieren perderse un paseo por las capitales bálticas...), este pequeño país se convierte en una pequeña Torre de Babel.
Respecto al tema de los turistas quizás algún día te de mi opinión, porque como bien dirían mis queridas Baballa "no es lo mismo viajar, que turistear"  (Del diccionario de Iverina te señalaré que: "Turistear" dícese de la acción de trasladarse a un destino a suficiente distancia del domicilio propio, con el único objetivo de poder volver para poner una chincheta en el mapa y poder decir "yo he estado allí" y enseñar todos esos recuerdos gráficos de cada uno de los monumentos imprescindibles con los que tienes a bien fotografiarte en postura inmóvil).


Hoy te vuelvo a sacar de la ciudad, esta vez sin alejarnos mucho, mi recomendación es que pongas rumbo de nuevo al norte (sí ya sé que tiro para casa, prometo próximas recomendaciones al sur de la isla), y visitar el Frilandsmuseet, uno de los museos al aire libre más antiguos y grandes del mundo.
El museo situado en la localidad de Sorgenfri cuenta con más de 50 granjas y casas (y también algunos molinos) de distintas épocas (entre los años 1650 y 1940) procedentes de distintas zonas de Dinamarca. Todas las re-construcciones han intentando respetar al máximo las estructuras originales de jardines, patios e interior de las casas según las distintas épocas, y de esta forma, te permiten hacerte una idea de como era la vida de los daneses durante cada una de ellas.






Por lo visto este tipo de museos son muy habituales en los países escandinavos (en Dinamarca hay varios, pero también en Suecia, Noruega y Estonia -y seguro que en muchos otros, aunque yo no los haya visitado y pueda dar testimonio). Parece ser que por el norte les gusta tener presente la evolución que ha sufrido la vida de sus habitantes, y toman el ejemplo de como las viviendas han ido adaptándose a las circunstancias y necesidades de cada época. 







El museo no está abierto durante todo el año, así que deberás cerciorarte de que tu visita coincida con su calendario de apertura; de esta forma podrás tener acceso a las distintas actividades que se organizan según la época del año. 
Siempre que está abierto es un buen momento para visitarlo porque cada época tiene su encanto; en navidad, podrás participar de la evolución en la decoración de los arboles de navidad y la distinta disposición de las mesas según la época, podrás beber algo caliente con galletas mientras aprendes a hacer "juleklip"; en octubre, coincidiendo con la semana de vacaciones escolares, disfrutaras con una feria; en verano, de pequeñas representaciones de teatro y el momento perfecto para disfrutar de un picnic.









Te dejo alguna otra información práctica:
  • La entrada es gratuita.
  • Puedes llegar en tren desde Copenhague en 10 minutos con la línea E hasta Sorgenfri.
  • El horario de apertura es de martes a domingo de 10 a 4 (o 5) de la tarde dependiendo de la época del año.
  • Si vienes en coche, tienes parking gratuito en las inmediaciones del museo.
  • Sólo está permitido fumar en las 4 zonas habilitadas para comer (son las zonas donde hay mesas, pero puedes comer libremente en muchas más zonas verdes).
  • Puedes llevarte la comida y bebida, comer en el restaurante que está a la entrada del museo o comprar bebida o hot dogs en el puesto central del museo.
  • Tendrás que aparcar la bicicleta en el exterior porque no puedes recorrerlo con ella.
  • La extensión del museo es bastante grande así que puedes utilizar las sillas para  niños pequeños (no para entrar en las casas) o bien hacerte con uno de los carritos que hay junto a la tienda del museo.
Espero que hayas tomado buena nota, y sobre todo que esta visita te haya resultado interesante.

Si estás haciendo la maleta y a punto de llegar, espero que tengas en cuenta que desde el 3 al 12 de julio tendremos el Festival de Jazz en Copenhague y la ciudad se llenará de actuaciones en vivo, muchas de ellas gratis; sí además se confirman las previsiones meteorológicas puede ser un planazo!!



Nos vemos pronto!!


1 comentario

  1. Yo estuve en uno así en Budapest, totalmente recomedable ;)

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