Descubrimiento vietnamita en la ciudad

El sábado amaneció muy feo y bastante frío, no teníamos ningún plan previsto porque parecía que el tiempo no iba a acompañar y sólo queríamos algo relajado, así que decidimos irnos a dar a pasear por el barrio de Frederiksberg y hacer lo que surgiera.
Yo te hablo de barrio pero la verdad es que administrativamente es un ayuntamiento independiente, aunque callejeando nunca estarás seguro de cuando estás en Vesteport y cuando en Frederiksberg.
Es una zona de mis zonas preferidas, si abandonase los lagos -cosa de momento poco improbable- esta sería una de las zonas donde me gustaría vivir, de hecho a todas aquellas personas que me han preguntado por zonas para buscar alojamiento en la ciudad siempre se la recomiendo.

Después de dedicarnos al shopping, las nubes se echaron a un lado y vimos cielo azul así que decidimos dar un paseo hasta el centro (considerando el centro, la estación central y el Ayuntamiento, aunque yo no tengo nada claro que este sea el centro, todo sea dicho de paso).


Yo creo que la calle de Gammel Kogenvej nos la hemos pateado un montón de veces pero siempre descubrimos algo nuevo, porque hay un montón de pequeñas tiendas que te invitan a entrar a echar un ojo; de hecho, algunos de los sitios a los que más me gusta ir para comprar, tomarme un café o comer algo están en esta calle o en las paralelas.
Mientras íbamos caminando nos topamos con lo que en principio parecía un pequeño restaurante vietnamita y así sobre la marcha nos liamos la manta a la cabeza y decidimos hacer una parada para comer allí. Como suele ocurrir en muchos locales de Copenhague, es entrar, atravesar la puerta y descubrir que al otro lado hay mucho más de lo que pensabas. En este caso, tras el umbral encontramos algo más que un restaurante, un Concept store llamado District TONKIN (vale sí, el cartel podría habernos dado una pista pero oye esto de los concept store es tan moderno que a veces encuentras maravillas y otras... otras no).



En el TONKIN además de poder comer o sentarte a recargar pilas con un cafe o un té, es un sitio en el que puedes comprar un montón de productos que están al final del local o bien, entorno a las mesas o en las estanterías que cuelgan de las paredes. Personalmente el sitio me encanto, tiene una atmósfera especial, una mezcla nórdico asiática muy interesante.






Respecto a la comida, nosotros decidimos pedir una ensalada y una baguette; la verdad es que  no tenemos demasiada experiencia con la comida vietnamita así que a nuestros paladares le resultó mucho más picante de a lo que estamos acostumbrados a comer y con una mezcla de sabores muy singular. A veces en este tipo de restaurantes siempre te surge la duda de sí realmente es comida vietnamita o una versión de la misma, en este caso cuando lo hablamos entre nosotros, maridin recordaba que un compañero vietnamita de laboratorio hace unos años le había preparado una comida deliciosa y no tan picante, así que quizás los sabores sean fruto de la fusión vietnamita y danesa porque debes tener en cuenta que estos vikingos van locos por el chile.



Para resumir, aunque no salimos encantados con la comida si creo que el local merece una visita, evidentemente si estás más familiarizado que nosotros con este tipo de comida o simplemente eres uno de esos a los que le encanta el picante, seguro que no te va a defraudar.


Infomación practica:

  • Direccion: Gammel Kongevej 152A, Frederiksberg
  • Facilidades: Puedes pedir take away si has buscado alojamiento por esta zona
  • Precio: Barato para Copenhague, baguettes menos de 60 kr y ensaladas entorno a las 90 kr

2 comentarios

  1. Nosotros probamos la comida vietnamita por primera vez hace unos meses en Madrid,nos gusta mucho el picante y no nos pareció que lo fuera especialmente.De hecho el pho que es la sopa típica, tenía la salsa picante aparte para que echaras a tu gusto así que igual la fusión danesa-vietnamita es perfecta para nosotros,jeje.Que tengas buen comienzo de semana,X

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  2. Maridin tambien probo las sopas y me decia que estaban deliciosas pero aquí... no sé!!
    Ten en cuenta que yo hay veces que me olvido de echar sal y ni lo noto...
    Besines desde Dinmarca

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