Otoño en Copenhague

Claudico ante la magia de los colores del otoño, lo reconozco, a mi también me gusta la paleta de tonalidades de la que se tiñe la ciudad.

Me gusta, sí, me gusta el otoño aunque desde nuestra mudanza le he cogido un poco de manía porque aquí no dura nada, es un visto y no visto, aquí no hay cambio de armario y ropa de entretiempo, aquí el otoño llega, saluda, muestra sus credenciales en forma cromática y un día te levantas y la mitad de las hojas de los árboles que veías desde la ventana han pasado a mejor vida, es el último aviso para decirte que ha llegado el invierno y que el otoño aquí dura como diría Sabina "lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rock". 


Apunta estos dos sitios para disfrutar del otoño en Copenhague.

1.- Los jardines del Rosenborg Slot

En el centro de la ciudad, cerca de la estación de Norreport y en linea recta desde la plaza de Kogens Nytorv encuentras uno de los pulmones de la ciudad. 
Unos jardines que fueron incluso planificados con anterioridad al castillo que alberga y donde actualmente está el museo que guarda las joyas de la corona. 
Es uno de los lugares favoritos de los daneses para ir hacer un picnic durante el verano o para disfrutar de los rayos de sol cuando estamos de suerte y el sol viene a visitarnos.





2- El jardín botánico

Justo detrás del castillo de Rosenborg se encuentra el Jardín Botánico de Copenhague, de acceso gratuito, es el lugar ideal para ver como avanza el otoño, como va tiñéndolo todo hasta que ya no queden hojas en los árboles y todo se apague esperando la llegada de la primavera. Visita obligada antes de que llegue el largo y oscuro invierno danés.
Si quieres justo verlo en primavera te dejo el post que escribí hace un tiempo aquí.





Y si te animas a alejarte del centro de la ciudad, recuerda que el Dyrhaven, el parque de los ciervos, está a solo 15 minutos del centro. Es mucho más que una reserva, también podrás visitar Bakken -el parque de atracciones más antiguo del mundo- abierto sólo en verano pero que es fantástico poder visitar el resto del año (especialmente para los amantes de la fotografía).

Así que a disfrutar de lo que nos quede de otoño por estas latitudes porque cuando queramos darnos cuenta hay que volver a casa a busca de los guantes porque ya no sé puede ir ni con la mano al descubierto, a las cuatro empezará a ser de noche y a las seis estarás pensado en lo que vas a cenar. ¡Y menos mal que las calabazas se confunden con las luces de Navidad para hacer más llevadera esta época, porque lo peor llegará cuando el 2 de enero todo las luces se apaguen y empecemos la hibernación!

2 comentarios

  1. Qué fotos tan chulas, Vero!
    Si es que Cph, cuando quiere, es precioso ;)

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  2. Tupés aunque dure un suspiro, es una maravilla de otoño. Animo con la nieve!

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