Lee lo que te gusta - Febrero

Atrás quedaron los 28 días de febrero, digamos que lo alargo hasta que termino el último libro que empiezo antes de que acabe el mes y encuentro tiempo de sentarme a compartir lecturas.
Febrero son seis libros iniciados, cinco maravillosos finalizados. Este sería el mejor resumen, pero soy más de extenderme y aprovechar la ocasión para hacer una breve introducción sobre algo que también tiene que ver con libros. 

Estos últimos meses se han sucedido lamentablemente el cierre de librerías, noticias que han pasado casi inadvertidas. 
Yo no lo entiendo, es verdad que soy de letras, pero a mí las números no me cuadran. ¿Cómo puede ser que muchas librerías estén abocadas al cierre cuando yo tengo la sensación de que la gente no hace otra cosa que leer? 
No es una pregunta al aire, no te vayas a creer, en realidad creo conocer parte de la respuesta: me creo que todo el mundo lee porque intento rodearme de gente que lo hace,  pero hay vida más allá. Hay mucha gente que dice leer pero practica más la fotografía de portada, hay mucha otra que realmente lo hace pero sigue sin entender que en el precio del libro se incluye además de la imaginación del autor, la imprenta, la distribución y si me apuras el alquiler del local de la librería, por eso le parece caro el precio de los libros y se los decarga de forma ilegal, podría ir a la biblioteca pero seguro que también tiene una buena razón para no hacerlo, y lo peor es que seguro que luego se lamentará cuando vuelva a leer sobre el cierre de otra librería.   

Hombres (y algunas mujeres) - Zenda

Fue ese libro que empece en febrero y termine ya en marzo.
Me empeñé en cambiarle el título Mujeres (y algunos hombres), no sé porqué me suele costar quedarme con los títulos originales y me dio por renombrarlo (iba a escribir rebautizar pero no estoy yo muy católica últimamente).
Son once cuentos de escritoras hispanoamericanas ideado, coordinado y editado por Rosa Montero, autora del prólogo, con motivo del 8 de marzo.
Difícil destacar alguno de estos once cuentos, pero imposible no decir que Laura Piñeiro tiene una forma de escribir que me parece estar escuchándola leérmelo en voz alto, podría decir que iba sentada al otro lado del asiento de Lady Trópico, Marta Sanz y Las miniaturas de Laura Guerin, he descubierto a Elvira Sastre con su Lola y lo he hecho con ternura, Nuría Barrios titula un cuento Huevos fritos con patatas, ¡cómo me ha gustado!; Nuria Labari escribe en Una de las nuestras sobre las mujeres que pasan por uno de ellos; Clara Usón describe a Un hombre comprensivo.
Puede descargarse gratuitamente, así que no hay excusas para no leerlo.



30 maneras de quitarse el sombrero, Elvira Lindo - Seix Barral

Este fue el primer libro de febrero. 
Me gusta demasiado Elvira Lindo, varios de sus libros siguen estando para mí entre mis mejores lecturas, me gustan todos sus artículos aunque no siempre esté de acuerdo, me engancha la forma en la que escribe y me encanta poder escucharla cuando participa en programas de radio y televisión.
Se trata de una recopilación que nos acerca a las personalidades de 29 grandes personajes femeninos. Conviven en él Alice Munro con Pipi Calzaslargas, Maria Guerrero (ahora sólo pienso en buscarla entre los óleos del Prado) con Gloria Fuertes, Mary Beard esa historiadora que nos recordó que la lucha porque la voz de las mujeres pudiese oírse es una lucha que llevamos arrastrando siglos, con otras escritoras como Chimamanda, Astwood o Didion (necesito leer a esta última aunque vaya a doler), para terminar con el retrato de una mujer inconveniente, ella misma.
Hay algo muy cierto y que sigue siendo necesario: aún hoy siguen faltando mujeres a las que poner en valor.



Florescencia, Kopano Matlwa - Alpha Decay

Fue el libro del mes de febrero del club de lectura, y si no fuese por el siguiente título podría afirmar que fue EL libro de febrero.
Una historia que me enganchó y que volví a disfrutar gracias a las mujeres con las que compartí opiniones en Mara Mara. Lástima que mi horario me obligue a practicar el barbecho mensual de estas citas.
No voy a negarlo, es un libro duro, 124 páginas que te atrapan desde la primera linea, desde ese primer salmo. 
Una profunda reflexión novelada sobre el papel de la mujer, el racismo, la religión, la xenofobia, el respeto a las costumbres o el miedo a las supersticiones. 
Masechaba, su protagonista, acaba convertida en doctora dentro de un sistema sanitario escaso de recursos empujada por la búsqueda de soluciones a todos esos problemas y dolores que la acompañaron durante años.
Masechaba empieza enfrentándose a su madre por defender una amistad y termina agredida en el parking del hospital, callándose lo que otros no quieren oír, e intentando huir de lo que todos le dicen.
Masechaba es una superviviente que se aferra a su fé. 
Masechaba fue capaz de convertir en regalo la tragedia.
Tienes que leerlo, ya he contado más de lo que debería.
Sólo hay algo que no me gusto de este libro, debería haberse respetado su titulo original Period pain



Los niños del humo, Aitana Castaño y Alfonso Zapico - Pez de plata

En tiempos de podcast, yo sigo escuchando la radio. Me vas a perdonar pero la nueva moda se nos va de las manos, demasiados podcast hablando de lo mismo o de cosas parecidas, así que me quedo con los de calidad y sigo escuchando los programas de siempre, que a veces como en este caso, me regalan descubrimientos como éste.
No soy objetiva, un libro de relatos sobre Asturias de  ilustrado por Alfonso Zapico (¿me hiciste caso y leíste Los puentes de Moscú?), ya me tiene entregada a priori.
Lloré con el prólogo, con esa jaula que va descendiendo planta a planta, y con algún otro de los relatos: Luciérnagas, Brigadistas, La clase de las Comadres, Nicolasa... Y me pareció que esa lampisteria, que pone el broche final a este libro, llena de luz y da valor a muchas palabras de casa.
Me hubiese encantado regarle este tesoro a güelita.




Bibliomanías, The Wild Detectives y Laura Pacheco - Pepitas
Termino con este libro que no puede evitar traerme a casa. 
"Taras, neuras y tics de quienes leen con locura", poco más que añadir.


  
Se quedo entre los días de febrero Mudar la piel, le tenía ganas pero no me atrapo aunque es verdad que no les dí demasiadas opciones, después de Florescencia era difícil engancharse de nuevo, o quizás no era el momento, o quizás aparezca cualquier otro mes por aquí.

¡Qué leáis bonito!

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