Lunes sentados a la mesa (de Navidad)

Buenos días, 

Espero que tu fin de semana haya sido mejor que el mío; los virus se niegan a abandonar nuestra humilde morada y cuando casi estaba recuperada y dispuesta a comerme con salmón el fin de semana, sucumbe maridin y tenemos que plantearnos una ofensiva consistente en encierro casero para intentar ganar la batalla (ya veremos si la guerra) y llegar los dos sanos y frescos cual lechugas a nuestro paraíso astur.





Así que al final este finde ha sido slow, de los de desayunos en la cama (lastima que me tocase levantarme a mi a prepararlos), tardes de sofá, manta y película, de ratos de lectura con listas musicales de Navidad y también, porque la vida (al menos la mía, así lo requiere) de momentos colada/aspiradora al ritmo de Rodolfo el reno (mejor Rodolfo que el burrito sabanero, no? deseando conocer el hit de este año).


Lo que más rabia me ha dado estas casi dos semanas en las que no he estado al 100% es no haber podido disfrutar en condiciones de la Navidad vikinga (con lo que me gusta a mi!!), me he perdido un montón de mercadillos (aunque entre tú y yo, hay más de lo que aun en perfectas condiciones da tiempo a visitar!!), callejear y respirar el ambiente, y poder casi olvidarme de la oscuridad (menos mal que en una semana los días comienzan a alargarse).


Al menos para  lo que sí encontré tiempo fue para visitar las propuestas de mesas navideñas de la Royal Copenhaguen (la Sargadelos danesa, para que tú y yo nos entendamos), este año las ideas corrían a cargo de algunos cómicos daneses y el resultado ha sido de lo más variopinto. 
Un par de ellas ya las enseñe la semana pasada en IG, una mesa de navidad en el interior de una tienda de campaña propia de una versión deluxe de "Memorias de África" y una intima mesa para dos encerrada en una esfera que para sí hubiese querido John Travolta para una primera cita cuando rodó "El chico de la burbuja de plástico", luego había otra que realmente no me decía nada así que ni acerque el teléfono para hacer una foto, y una más que mirada al detalle podía salvarse alguna cosa pero en su conjunto era histrionismo puro.
Como suele pasar en la mayoría de las ocasiones que visitas una exposición, siempre hay alguna que logra llamar más tu atención, en este caso, fueron dos; por una parte, una antigua cocina llena de dulces y, por otro lado, una mesa de desayuno en el dormitorio que para mi querría cualquier mañana de fin de semana slow (de ahí que me haya decidido por enseñártela en este post).


Pensando en la mesa en la que me sentaré durante estas fiestas en casa, la verdad es que salvo que este año toque innovar o mi madre decida dejar la decoración de la mesa en nuestras manos, me temo que será mucho más sencilla y tradicional pero la verdad poco me importa porque de lo que más ganas tengo es de estar sentada en esa mesa, compartiendo deliciosa comida y seguramente muchas risas y algún villancico.


Te lo confieso, tenía unas ganas enormes de que llegase este lunes y diese comienzo esta semana, no puedo evitarlo, probablemente sea demasiado pronto para todo el mundo pero este año nuestro regreso a casa por Navidad se ha adelantado y ya está casi ahí, y que te voy a decir... que Dinamarca está muy bien pero tiene sus cosas, y sobre todo, que hoy por hoy, mi lugar favorito del mundo sigue estando entre el mar y las montañas en territorio astur. 

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