Buenos días,
Llego tarde, tardísimo, creo que he sido de las últimas en probar el fenómeno airbnb así que si por casualidad tú aún estás dentro de ese reducido circulo del que hasta hace diez días yo misma formaba parte... Debes salir cuanto antes de él!! Te advierto: un mundo de posibilidades se abrirá ante ti, y mucho me temo que una vez lo hayas probado no querrás dejar de hacerlo.
No fue hasta hace un par de semanas cuando disfruté de mi primera experiencia airbnb, pero me temo que nuestra forma de viajar ha cambiado para siempre.
Entre tú y yo, irnos a un apartamento no era la primera opción pero el hecho de comprar billetes e ir dejando la búsqueda de alojamiento para casi el último momento, ayudo de forma considerable.
Normalmente maridin y yo peferíamos los hoteles (fíjate que ya uso el pasado como si no fuésemos a volver de hotel!!) pero como somos un poco exigentes, la búsqueda de un tres B (bueno, bonito y barato) se antojaba en la capital toscana una ardua tarea; para colmo nuestros años florentinos habían transcurrido en una calle del centro y sabíamos lo que eso implicaba: intentar salir del portal cuando un grupo de japoneses perpetrados con un arsenal tecnológico deciden que esa es la mejor ubicación para fotografiar algo es: misión imposible (ni Tom Cruise consigue atravesar y salir indemne de un grupo de turistas japoneses, te lo digo yo).
Y en ese momento a punto de entrar en crisis, con billetes de avión pero sin alojamiento, fue cuando empezamos a pensar que tal vez podríamos alquilar un coche y buscar algo fuera de la ciudad. Mi primera opción estaba clarísima, sabía donde quería ir, pero una vez más era demasiado tarde y resultó que no quedaba libre ni una sola habitación, así que Valdirose (cuantos deseos causa IG!!) tendrá que esperar para una próxima visita.
En modo casi contrarreloj me puse a buscar, y tras enamorarme de algunos que no tenían disponibilidad para todos los días, descartar algunos que parecían ideales hasta que entraba a estudiar los detalles (y descubría por ejemplo, que la cocina era un hornillo de camping) y comenzar a desesperarme.... Apareció nuestra casa y nuestros fantásticos anfitriones!!
Alessandra y su familia se mudaron desde el centro de Florencia a una propiedad familiar en las colinas de Bagno a Ripoli, una localidad a escasos 15 minutos del centro de la ciudad. Ella y su familia viven frente a la casa en la que nosotros estuvimos alojados, y están rehabilitando alguna de las otras casas que tienen dentro de la enorme parcela (sí, sí en plural!!).
La casa está dividido en tres zonas a varías alturas con cocina (totalmente equipada), comedor, salón, baño y dormitorio.
Toda la propiedad está rodeada de olivos, y cuenta con un tesoro: piscina con vistas!! El tiempo no nos acompaño como para disfrutarla tal y como se hubiese merecido, pero mi imaginación (que va más rápido que la luz) ya me visualizaba disfrutando de la lectura entre baño y baño, rodeada de aquellos árboles y con la ciudad de Florencia a mis pies... (yo creo que me sigo visualizando!!)
Alessandra ya tenía preparada cuando llegamos (inciso: carretera entre muros de piedra de doble sentido con ancho suficiente para un solo coche, quizás no apta para todo el mundo) un montón de información, como para nosotros la ciudad no era una desconocida nos indicó algunos sitios nuevos para que también pudiesemos descubrir una nueva Florencia.
Además nos tenía preparada una mini compra con productos para el desayuno y para preparar alguna comida o cena rápida sin necesidad de acercarnos al supermercado. Si no hay ganas de ponerse a cocinar y tampoco de coger el coche, a 100 metros de la casa está la Trattoria La Gargotta; nosotros fuimos un par de veces a cenar y podemos decir que tanto el servicio como la comida eran fantásticos... Para mi fue probar aquellos crostini di fegato y volver a sentirme de nuevo en casa, como si nunca hubiésemos abandonado la Toscana.
El día antes de nuestro regreso a tierras vikingas, nuestros anfitriones nos invitaron a su casa para despedirnos con una animada charla entorno a unos cantucini e vin santo, y nos dimos cuenta de porque airbnb es la mejor de las opciones para viajar y dejar de turistear.
Para no aburrirros, dejo para próximas entregas boniteces y descubrimientos en Florencia.
A presto!!
En modo casi contrarreloj me puse a buscar, y tras enamorarme de algunos que no tenían disponibilidad para todos los días, descartar algunos que parecían ideales hasta que entraba a estudiar los detalles (y descubría por ejemplo, que la cocina era un hornillo de camping) y comenzar a desesperarme.... Apareció nuestra casa y nuestros fantásticos anfitriones!!
Alessandra y su familia se mudaron desde el centro de Florencia a una propiedad familiar en las colinas de Bagno a Ripoli, una localidad a escasos 15 minutos del centro de la ciudad. Ella y su familia viven frente a la casa en la que nosotros estuvimos alojados, y están rehabilitando alguna de las otras casas que tienen dentro de la enorme parcela (sí, sí en plural!!).
La casa está dividido en tres zonas a varías alturas con cocina (totalmente equipada), comedor, salón, baño y dormitorio.
Toda la propiedad está rodeada de olivos, y cuenta con un tesoro: piscina con vistas!! El tiempo no nos acompaño como para disfrutarla tal y como se hubiese merecido, pero mi imaginación (que va más rápido que la luz) ya me visualizaba disfrutando de la lectura entre baño y baño, rodeada de aquellos árboles y con la ciudad de Florencia a mis pies... (yo creo que me sigo visualizando!!)
Alessandra ya tenía preparada cuando llegamos (inciso: carretera entre muros de piedra de doble sentido con ancho suficiente para un solo coche, quizás no apta para todo el mundo) un montón de información, como para nosotros la ciudad no era una desconocida nos indicó algunos sitios nuevos para que también pudiesemos descubrir una nueva Florencia.
Además nos tenía preparada una mini compra con productos para el desayuno y para preparar alguna comida o cena rápida sin necesidad de acercarnos al supermercado. Si no hay ganas de ponerse a cocinar y tampoco de coger el coche, a 100 metros de la casa está la Trattoria La Gargotta; nosotros fuimos un par de veces a cenar y podemos decir que tanto el servicio como la comida eran fantásticos... Para mi fue probar aquellos crostini di fegato y volver a sentirme de nuevo en casa, como si nunca hubiésemos abandonado la Toscana.
El día antes de nuestro regreso a tierras vikingas, nuestros anfitriones nos invitaron a su casa para despedirnos con una animada charla entorno a unos cantucini e vin santo, y nos dimos cuenta de porque airbnb es la mejor de las opciones para viajar y dejar de turistear.
Para no aburrirros, dejo para próximas entregas boniteces y descubrimientos en Florencia.
A presto!!
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