La costa noroeste de Jutlandia

Cuánto me gusta el norte con sol!!

¡Vivan los puentes! (aunque se acumulen todos en mayo y junio, y hoy empiece el último)
¡Viva airbnb! (y nuestra impresionante sommerhus a precio de camping)
¡Y viva el Norte! (el mío, el del Cantábrico, y el vikingo, el del mar del Norte)



Cuando los días son largos y luce el sol, te vas al norte y te encuentras con un paisaje maravilloso ¿qué más se puede pedir?

Ya pasamos unas vacaciones de verano vikingas por allí, por el norte de la península de Jutlandia, pero nos había quedado pendiente conocer la costa del noroeste, y la verdad es que volvímos con la sensación de que si no fuese porque el resto del año (sin sol, con frío) la cosa debe ser bien distinta, allí que nos íbamos a vivir.

Buscamos la casa apenas dos semanas antes: cedimos alejándonos de la costa marítima y nos quedamos junto al Limfjorden, estaba tan bien de precio que temíamos que las fotos no fuesen reales y acabar durmiendo en una casa de papel.
Era tal y como habíamos podido ver en las fotos, incluso más grande de lo que pensamos, bonita, bastante limpia (aquí el mayordomo de Teen igual al pasar el algodón decía que podían haberse esmerado un poco más, pero tengo la sensación de que el tema cleaning no suele ser el punto fuerte), con un jardín espectacular (perfecto para jugar al Kongespil), en una zona muy tranquila rodeada de otras sommerhus y muy cerca del fiordo (perfecto para ver atardecer o pegarse un baño).





Como decía la mayoría del tiempo fue fantástico pero el día que íbamos a visitar el parque de Thy y la zona de Klintmøller donde está la playa Cold Hawaii (paraíso para los surfistas del norte), nos sorprendió en mitad del camino la niebla, y comenzamos lo que parecía un viaje a ninguna parte. 
Los que son de mi norte, entederán mejor de lo que hablo, el cielo está completamente despejado y a lo lejos puedes ver (hasta que dejas de hacerlo porque estás ya metido de lleno en el banco de niebla) como avanza apoderándose de todo; los del Cantábrico sabemos que la mayoría de las veces, acaba levantando, así que, aunque nos perdimos disfrutar con mejor visibilidad del paisaje del parque, sólo la carretera por la costa ya de por sí resulta un espectáculo. 




Creo que lo que más nos gusto del viaje y de lo que pudimos disfrutar con un cielo totalmente despejado, fue la visita al faro de Rubjerg Knude, impresionante, y las infinitas playas.
El faro está en desuso desde hace años pero han habilitado una estructura de escaleras metálicas que permiten subir, en mi caso con un miedo cuasi controlado, y disfrutar de las increíbles vistas.

  



De vuelta al coche nos fuímos a rodar por la playa, rodar en terminos automovilísticos, porque a las playas de Lønstrup y Løkken accedes directamente con el coche; aparcas en primera línea, abres el maletero, coges las toallas y las extiendes a menos de un metro del agua, y a vivir!!! (salvo que tengas uan de esas casetitas tan monas que tanto se estilan por aquí).
Para comer, además de algún mini chiringuito en la playa (imagino que únicamente con perritos y helados), en Løkken tienes distintos sitios a los que ir; es uno de esos pueblos costeros de veraneo típicos escandinavos en los que si estuviese el tiempo garantizado no echarías nada de menos.




Y ahora, como te decía, sólo queda disfrutar de este último puente que por desgracia no se plantea tan soleado, el junio vikingo es lo que tiene, pero sí, lleno de planes.

Ah, por cierto, hemos llegado (amigos, maridin y yo) a la conclusión a través de una estadística de elaboración propia que uno de los mejores meses para visitar Dinamarca es mayo, sale algún día gris pero la mayoria son soleados y con temperatura agradable!! 

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