Blue Monday, tururú!!

No estaba en ninguna de mis listas ponerme a divagar sobre el concepto del día, pero es que hoy, lunes, el cielo estaba azul y cuando he llegado a casa me han entrado ganas de escribir. 

Blue Monday en Copenhague porque el cielo no podía estar más azul
Así que, me he preparado un café y me puesto a pensar y teclear compulsivamente sobre este invento del Blue Monday, será por días y por colores....



Dicen que hoy es Blue Monday, o séase "lunes azul", y que al parecer es el día más triste y deprimente del año. Y supuestamente lo es en base a una ecuación, científicamente no contrastada, que formó parte de una campaña publicitaria de una agencia de viajes, en la que su autor decía poner en valor algunos factores como la climatología, la distancia con la navidad y la cuesta de enero o lo mal que ya llevamos los propósitos de año nuevo  que apenas transcurridas tres semanas ya se han ido quedando relegados. 

Mi conclusión es que el Blue Monday además de una estupenda campaña, lo que viene demostrando es que los últimos tercer lunes de enero de los años recientes, han debido suceder pocas noticias dignas de mención y al final no ha habido periódico, telediario o emisora de radio que haya dejado fuera del guión al "lunes azul"; ni que decir tiene su mención en todo perfil 2.0 que se precie aunque sea para renegar de él.

Que los lunes no son los mejores días de la semana (salvo para aquellos a los que les haya tocado trabajar el finde) es una verdad incontestable pero de ahí a convertir precisamente este lunes en el días más triste del año....



Hasta Pixar nos dejo claro que la pobre Sadness era de ese color. Pero ¿por qué la tristeza es azul? Me he puesto a googlear antes de seguir escribiendo, no vayas a pensar que el desenfreno de escribir no lleva incluido algún tipo de razonamiento, y he de admitir haber encontrado diversas respuestas a esta pregunta pero ninguna me ha convencido, es más con alguna no puedo estar más que diametralmente opuesta. Aquí en tierras vikingas, en Asturias después de una semana de chaparrones, o en la Conchinchina después del paso de último ciclón, cuando ves el cielo azul normalmente nos echamos a la calle, llevamos la  sonrisa puesta y ese día será más fácil contestar sí a lo que un día de perros gris hubiese sido claramente un no. 

Mi Azul Cantábrico
El día más deprimente dicen, depende de para quien. Seguro que que hoy la madre que ha dado a luz a su hijo lo recordará como el Blue Monday más feliz de su vida, lo mismo pensará quien ha descolgado el teléfono y ha recibido la oferta de trabajo que llevaba meses esperando, o el que ha ido a ver la nota del examen que quedaba por salir y además de aprobar se ha llevado una sonrisa de la chica por la que lleva suspirando desde principios de curso. 

Así que me niego en rotundo a admitir como verdad absoluta algo que nació como  campaña de publicidad que invitaba a comprar billetes de avión en busca de felicidad. 
A lo mejor si hubiese llegado a casa y el lavaplatos se hubiese estropeado o me hubiese roto un brazo al caerme tras patinar por el hielo acumulado, a lo mejor, en ese caso hoy no estaría escribiendo esto, pero de momento no llevo escayola y el tuerto (my friend al que a veces dejo mensajes en mi Instagram), al menos hoy, no ha intentado ni guiñarme el ojo.

Y además, mi Cantábrico es azul, y a mi sólo pensar en él ya me alegra el día.


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