Un cafe en un pueblo con mar...

No te acostumbres, seguramente volveremos a tomarnos el café en la mesa de la habitación pequeña frente al ordenador o sentada en el sofá con una mantina encima que es como mejor se está, pero es que el finde pasado me tope con este sitio y pensé perfecto para nuestro cafe del próximo viernes.
Así que lo que voy a contarte en este café es como llegamos hasta esta panadería en la que acabamos tomándonos un café mientras esperábamos por el sol.





Las previsiones, las que reviso continuamente en la app del movil, daban un día más o menos soleado para el sábado, todo hacia pensar que sería el último en que podría disfrutar del agua del Mar báltico, porque yo soy una chica del norte pero por debajo de los 20 grados no me meto ni loca, salvo que me regalen un neopreno!! Así que cambiamos los planes urbanitas por escapada a la playa (unos con más entusiasmo que otros, porque en mi casa la única que tuvo una vida anterior anfibia fui yo).

Total, que como ya te he dicho alguna vez, mis playas favoritas están a unos 25 minutos de casa, las hay más cerca a menos de 10 minutos pero yo desde que descubrí la Riviera danesa... No quiero ir a otra. Que no es que me haya encaprichado a lo loco de las playas de esta zona, es que con ese nombre evocador ¿querrías ir tú a otro arenal? (Y si te quedan dudas, vete a mi perfil de IG o busca el hashtag #LaRivieraDanesa).

El caso es que cuando llegamos a Hørnbæk, miramos el cielo y... no parecía que la mejor opción fuese extender la toalla en la arena, así que decidimos irnos a dar un paseo mientras se solucionaba la lucha encarnizada entre sol y nubarrones. Al llegar habíamos visto que durante el finde había un "loppemarked" (mercadillo) en el puerto, en las antiguas casetas para guardar los aperos de pesca, así que no parecía mal lugar para pasear.





Aquí, me vas a dejar que abra un paréntesis y te hablé del concepto mercadillo danés, que no son más que mercadillos de segunda mano (bueno o de tercera, cuarta incluso quinta).
Lo primero es que como casi en todos los sitios en este bendito país, no oirás una voz más alta que otra, nada de andar a grito pelado, entendible primero porque la lengua vikinga es poco agradecida y a poco que subas el tono cualquier país fronterizo podría pensar en la declaración de una tercera guerra mundial, y segundo porque ellos, los vikingos, son tranquilos por naturaleza e intrínsecos (como para adentro), esto ya te lo desarrollare bien otro día.
De verdad te digo que a pesar de todo, buscando... encuentras, incluso nosotros que no sabemos muy bien buscar tesoros en ellos alguno lo hemos encontrado.





Después del paseo por el puerto, nos metimos un poco a caminar por el pequeño pueblo costero, seguíamos mirando al cielo y la cosa no acababa de estar clara y empezábamos a pensar si no habría sido mala idea cambiar el plan urbanita por un día de playa sin sol, cuando nos topamos de frente con esta panadería.
Aquí las panaderías te atraen hacia ellas... tienen panes riquísimos, y esto te lo está diciendo una persona que podía sobrevivir sin pan en España; lo que no lego aún a explicarme es porque los autóctonos se empeñan en comer ese pan negro duro con todas las posibilidades que tienen a su disposición (esta es otra de esas cosas de vikingos que sigosin entender).





Entramos a comprar pan y a mi se me fueron los ojos hacia el dulce y como todavía seguía pensando que había alguna posibilidad por mínima que fuese de ir a la playa si le dábamos a Lorenzo un tiempito, decidí que había que quedarse a tomar un café.
Y resulto ser una decisión de esas estupendas, fue terminar nuestro redesayuno, coger nuestra hogaza de pan y abrirse el cielo y ver el sol, la cosa estaba clara había que aprovechar.

Y así fue como un domingo con planes urbanitas, acabamos en una panadería con encanto antes de darnos el que posiblemente fue el último baño en el Báltico de la temporada.

Este finde toca sacar el paraguas y poner la casa en orden, ya te contaré el lunes.
No te olvides de disfrutar!!



3 comentarios

  1. Me tomaba el café y el dulce, incluso compraría el pan....pero el mercadillo, aisss ese mercadillo!!

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  2. Ay Vero, para mi esta es la mezcla perfecta, café, dulces y mercadillo!! Voy a hablar urgentemente con la familia Quiroga para que organice un FleaMarket por la zona norte!
    Un millón de besos para mi meteoróloga favorita

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  3. A diferencia de los comentarios anteriores yo me quedo con el dulce y la playa...para mí ese es un superplan de domingo. Cuidado con tu petición de traje de neopreo no vaya a ser que te lean los reyes magos :-) . Por cierto, necesito la reflexión sobre el carácter intrínseco de los daneses.

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