Política de likes

Politicamente incorrecta

Tengo mucho tiempo libre más de el que quisiera, mi vida no se reduce a lo que pasa en mi  móvil. 
Intento estar activa, me apunto a cursos que pueden aportar algo a mi CV, hacerme mejorar en algún hobby o simplemente socializar, leo, escribo, Netflix me hace compañía todos los días y Spotify va conmigo a caminar o pone música cuando estoy poniendo orden en casa*, además tengo familia y amigos con los que me gusta hacer planes.
También voy a entrevistas de trabajo, por el momento sin resultado positivo; hace dos o tres semanas, hice LA entrevista, esa en la que piensas que realmente tienes opciones y que es exactamente lo que estabas buscando, una semana de espera de absoluta felicidad; al final no fui la elegida, pero ¡qué feliz estuve durante siete días!.
Cuento todo esto para ponerte en situación, no seré yo quien diga que no me da la vida, esto ya lo he comentado antes, sí, efectivamente aquí.
Esto es una de mis "divagaintroducciones" a un post sobre... ¡¡Mi fuente de divagaciones favorita!!




No voy a decir como y cuando empece a utilizar IG porque ya lo he contado (sí, en ese post que he enlazado unas cuantas líneas más arriba) quiero hablar de mi política de likes que seguro resulta políticamente incorrecta y a nadie le interesa.

1.- No me molesta el algoritmo, no tengo nada contra él, veo las fotos que veo y si echo de menos algún perfil, entro directamente en él porque no hay nada que me impida hacerlo.

2.- Me aburren las quejas: las del algoritmo, las de esto no ya no es lo que era, las de IG ha perdido su esencia. Nadie obliga a quedarse, no hay un contrato de permanencia, podemos tomarnos un descanso, podemos incluso cerrar el perfil y no va a pasar nada.

3.- No reparto corazoncitos como quien reparte descuentos para entrar en discotecas (¡buah, esto igual es muy de los noventa y ya no se hace!). Seguir un perfil no implica que me gusten todas sus fotos, puede incluso que me guste la foto pero no esté de acuerdo con lo que se ha escrito pero no quiera dejar de seguir a esa persona y simplemente manifiesto mi disconformidad sin poner un corazoncito (menudo acto de rebeldía).

4.- Sigo a muy pocas empresas porque no quiero que mi timeline sea un continuo mercadeo, por eso sigo a aquellas que además de intentar venderme sus productos me ofrecen otra serie de contenido que me gusta. Por la misma razón, no me gusta demasiado la publicidad en cuentas que dicen ser personales. No soporto que me engañen o me traten como estúpida, así que si haces publicidad pero te olvidas sin querer del hashtag para informarme, iras acumulando puntos negros hasta que finalmente mi paciencia decida que "hasta aquí".

5.- Controlo lo que publico pero sobre todo lo que no publico. Respeto la decisión de mis amigos que no quieren exponerse en las redes. Respecto a los desconocidos a los que robo* una foto que no puedo compartir porque no tengo su permiso (salvo de espaldas, ahí comparto sin permiso ni compasión). Intento respetar la línea marcada de hasta donde puedo enseñar y lo que puedo decir de los demás igual que lo hago con mi vida.

6.- Me gustan las fotos, me gusta lo que mucha gente escribe y me gusta que la gente comparta lo que crea conveniente de su vida, yo también soy de naturaleza curiosa*. La mejor actualización de IG fue la que nos permitió ir guardando carpetas con aquello que nos gustaba (me río de Pinterest, aunque claro como son carpetas privadas igual al resto no le parecen tan útiles como a mi).

7.- No me gusta la sobreexposición aunque a veces yo misma caiga en ella. Espero que las bandas de ladrones no acaben encontrando en IG una fuente de información para cometer sus fechorías porque hundimos al sector de los seguros. Hubo un tiempo que no entendía la necesidad de compartir el drama o la enfermedad, ahora entiendo que cada persona tiene su vía de escape e intento empatizar. Sigo agradeciendo que las RRSS no estuviesen a disposición de mi madre en mi tierna infancia y mi menos dulce adolescencia, ya veremos que pasa en el futuro con los que no han tenido la misma suerte,

5.- Al final Stories le ganó la batalla a Snapchat, me equivoqué en mi predicción. Conclusión: ya no recuerdo ni la última vez que accedí a mi cuenta, pero lo peor de todo es que he perdido una opción de desahogo porque en IG no me siento tan libre.

6.- Sólo he visto algo IGTV de alguno de mis grupos favoritos, en serio, me sobra el tiempo pero no estoy dispuesta a quedarme enganchada al móvil viendo pasar la vida (la de os demás).

7.- No tengo miedo al unfollow.

8.- Soy muy consciente de que IG no es la vida real.



Algunos giros que permiten la riqueza de nuestro idioma:
*poner orden en casa, sirve para describir el momento lavadora/secadora/plancha, para el momento cocina, para el momento "Don Limpio".
*robo, sin efecto penal pero que debería ser tenido de alguna forma en cuenta; si no te gusta que utilicen tus fotos porque son tuyas, ¿por qué publicas fotos de personas que podrían ser reconocidas sin su permiso?
*de naturaleza curiosa, lo que viene siendo, cotilla.

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