Mis pequeñas revoluciones

Cuando termine de escribir este post y lo releí, sentí un poco de vergüenza, no te lo voy a negar porque se parecía demasiado a esas cosas que suelen decirte en los libros de autoayuda. Pero pensé que hacia tiempo que no me dejaba llevar y me ponía a divagar, así que lo dejé programado y me acosté.

Del paseo del domingo by Iverina

Estoy haciendo pruebas pero creo que a veces las revoluciones son necesarias aunque sean pequeñas porque suelen traer los cambios que necesitamos.



En junio cuando volví de aquel viaje al Cantábrico (del que nunca os estaré lo suficientemente agradecida) me dije que debía dejar de buscar el porque a todo y retomar el control. Decidí que debía tomarme más en serio a mi misma y poner en marcha una serie de pequeñas revoluciones. No te voy a decir que el resultado ya sea abrumador pero sí que empiezo a notar cambios, así que debo ir por buen camino.

Lo primero era asumir que debía de dejar de echar a un lado mi "yo" e incluso a veces el "nosotros" para atender al resto. Este ya es un gran paso para mi porque soy una de esas personas a las que les cuesta decir no, y eso es un problema. Hay que seguir practicando porque imagino que esto será como lo que dicen de nadar o andar en bici, que una vez que se aprende nunca se olvida.

Photo by Fritz Bielmeier - Unsplash
El siguiente paso era establecer horarios, aquí todo el que no tenga horarios fijos me entenderá, la cantidad de tiempo que se pierde si no te organizas es increíble, pero además debía convencerme que lo que yo tenía o quería hacer debía pasar por encima de necesidades ajenas. Vas a pensar que me falta algún verano (que no te digo yo que los vikingos no me deban alguno) pero los primeros días revolucionarios me impuse horarios hasta con el móvil. Ríete pero es que el teléfono es como una arma de destrucción masiva, puede ser silenciosa si evitamos pitidos y vibraciones pero sobre todo es invisible porque no te das cuenta hasta que no se te ha echado el tiempo encima de todo el que has perdido, es como cuando ves en esa película que algo va a pasarle al protagonista y él se empeña en ir de frente contra el peligro.

Photo by Szücs László - Unsplash
Necesitaba pensar a medio plazo, ahora no hay sol todos los días (más quisiéramos!!) pero si muchas horas de luz, así que había que aprovechar y hacer acopio para futuras fotosíntesis. Los días que ha hecho bueno intenté liberarme por la tarde para poder disfrutar de la playa, el lago o simplemente la terraza, y los días que ha llovido... esos había que madrugar más porque por increíble que parezca a primera hora siempre luce el sol, así que aunque igual ya lo sabes si me sigues en IG, nunca seré una runner pero soy una speed walker.

Photo by Francesco Gallarotti - Unsplash
Que básicamente dirás tú, y con razón, que lo que he hecho no es más que organizarme, y es verdad, ahora siempre hay tiempo para escribir, para leer, para seguir aprendiendo (esto ya te lo contaré pero estoy en proceso de reinventarme) y para disfrutar.

Intento hacer lo me gusta, cuando me apetece y, como a estas alturas ya me conoces, hacerlo siempre en buena compañía.

¿Era necesario escribirlo y compartilo? No sé pero a ver si así no se me olvida.

2 comentarios

  1. Es necesario compartirlo, si!! Te ayuda a comprometerte más con tus nuevos propósitos si todo el mundo a tu alrededor lo sabe :)

    Eres mi heroína por ser una speed walker madrugadora!

    Besos!

    Zaira.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ha sonado muy profesional, así que espero que todo el mundo lo haya leído y se haya enterado bien.

      Como speed walker en 21 días te digo si he logrado el hábito.

      Besines

      Eliminar