Esta semana por tierras vikingas se acabó ayer, así que sino fuese por los pajaritos que siguen despertándome cada mañana exigiéndole a su señora madre el desayuno, podría haber dejado programada esta entrada y quedarme en la cama esperando oír algo así como "tienes ya preparado el desayuno" y acto seguido, levantarme y hacer anuncio de nueva entrada del blog en IG.
Ya te he contado alguna vez, que aquí mis amigos vikingos se lo suelen montar bastante bien y coincidiendo con la época en la que los días se hacen más largos, entre los meses de mayo y junio hay un montón de semanas reducidas a cuatro días. Por motivos que para que engañarnos desconozco, este año ha tocado empezar un poco antes y además no tendremos tantos fines de semana largos como años anteriores.
Mientras con toda probabilidad la ciudad sufrirá una huida masiva de vikingos (destino sommerhus de turno o al sur para asegurarse el sol y el calorcito), de momento nosotros no tenemos demasiados planes. Otros años buscamos destino cercano (ya sabes lo que nos gusta meternos en el coche y decir aquellos de "nos vamos de roadtrip") y solíamos aprovechar para explorar algo más de nuestro país de acogida o de alguno de los vecinos, pero como existen muchas posibilidades de que no disfrutemos de unos días muy primaverales y odio con todas mis fuerzas la idea de ponerme a buscar para acabar encerrados en la habitación de un hotel o, en el mejor de los casos, en un maravilloso apartamento airbnb (es que desde que soy fan absoluta no me imagino encontrarme con uno que sea una birria, hasta que llegado el día me encuentre de bruces con él). Así que este puente nos quedamos en casa.
Según el humor y las ganas con las que nos levantemos, y después de controlar las previsiones, decidiremos que hacer. Aunque, entre tú y yo, algunas ideas he ido guardando a base de pantallazos... A ver que te parecen.